aire
Mar Barrientos, México noviembre 2021
Dicen que las aves son vertebrados de sangre caliente, sus pinceladas de plumas son largos trayectos que abandonan las anécdotas del miedo y dejan su raíz en el juego experimental de la vida marcando símbolos con sus cruces sobre la frente y cabeza.
vuela Lidia rodeada con su himno solitario en las esquinas conocidas de ciudad deja sobrecarga de memorias semimatutinas
recorre las horas cantando los minutos cotidianos para llegar al vértigo a liberar las paredes del martes vacío y suelta hojas amarillas que entrega al cenzontle junto con sus cuatrocientas voces.
Poco a poco vencejo quiebra las pastillas y poco vuelve distinto y más fuerte con barroco en el alma es decir, cincela la piedra como flotar descalzo fuera puntada de tiempo y palabra.
colibrí explora el humo y la poesía con mirada y letras,
a la orilla de ramas recarga su cabeza para orar con múltiples aleteos hasta desprenderse de sus amuletos, atento escucha hablar de todo lo que nos asusta a los humanos, la caricia prohibida del silencio minúsculo, de las horas felices y después la muerte del perico, silencio rupestre fuera del auto rebasa la herida y la sangre que asusta, la hierba se atora en la garganta y el pájaro con su patita frágil, asustan las balas, el viento que arranca la lámina, asustan diecisiete horas continuas en el quirófano, asusta la espera, la pausa, la caída, la convulsión, el golpe en el cráneo, la articulación desgastada, un tanque de oxígeno, los lunares que crecen, el dolor cotidiano las piernas débiles, la visión borrosa, la luz flotando como gusano, los raros y nocturnos latidos del corazón, la espera, sobresaltos, sed, sobresalto, estar inmóvil y no poder gritar y la parálisis de sueño, toser, el fuego en el labio
la extensión del susto es un relato, una sugerencia entre el ave consejera y cómplice.
Todos ellos aéreos, todos nosotros como las aves contenemos y liberamos con cantos,
…cada día …palabras de aire.
**Fotografías tomadas de la Red