Ante COVID-19 es necesario constante autoanálisis de nuestras emociones 

  • Es momento de reflexionar sobre las condiciones emocionales a las que nos ha orillado la pandemia y analizar las actitudes que hemos adoptado.  

Tianguistenco, Méx. – 05 de agosto de 2020. Ante posibles crisis psicológicas a causa de la pandemia de COVID-19, es necesario estar en un constante autoanálisis de nuestras emociones, afirmó el miembro del Colectivo Uitzikky “Por una cultura de paz a través de la salud socioemocional”, Daniel González Guerrero, en la Universidad Autónoma del Estado de México. 

Al dictar la conferencia en línea “Trascender en tiempo de crisis” en el perfil de Facebook del Centro de Actividades Culturales de la UAEM, el especialista en psicología sostuvo que es momento de reflexionar sobre las condiciones emocionales a las que nos ha orillado la pandemia y analizar las actitudes que hemos adoptado.  

El especialista precisó que para poder afrontar momentos de ansiedad, estrés, insomnio o crisis emocionales es indispensable conocer nuestro cuerpo, tanto los impulsos físicos como las experiencias que provocan ira o enojo. 

Lo ideal, mencionó, es dejar de lado las acciones pasivas, en las cuales se propone realizar cambios personales una vez que pase el tiempo de confinamiento. El aislamiento, dijo, permite crear vínculos profundos que desencadenan en estabilidad emocional y una buena salud mental. 

También, manifestó, es crucial abrir vías de comunicación efectivas y ser empáticos con la gente que nos rodea, con el propósito de conocer los aspectos y circunstancias que pueden desencadenar alguna crisis emocional. 

Por otro lado, expresó que la felicidad se ha idealizado, ya no es una condición natural de los seres humanos y se ha convertido en una obligación. La felicidad, dijo, se ha enfocado en la mayoría de los casos, en la acumulación de bienes materiales, dejando de lado aspectos internos y espirituales.  

Daniel González Guerrero abundó que la felicidad no es la única experiencia que pueden sentir los seres humanos. Si no se reconocen otros aspectos de nuestra personalidad, la felicidad se vuelve una farsa y una forma de evitar confrontarnos con la realidad interna y externa.