Augusto Monterroso en plática con Marco Antonio Campos
Por Isaac Ocampo García
**Moralizar es inútil. Nadie ha cambiado su modo de ser por haber leído los consejos de Esopo, La Fontaine o Iriarte
AM: … Si tengo alguna idea, la anoto en cualquier pedazo de papel. Esa idea puede presentarse en la calle, en el metro, durante mis clases en la Universidad. Más tarde, el destino de ese papel determina el destino de la idea. Si pierdo el papel, la idea se pierde; si no, el papel pasa a formar parte de muchos otros que algún día serán revisados o utilizados. Muchos meses después decido si lo que consideraba una idea lo era en realidad, y si valdría la pena desarrollarla. Como en cualquier otro campo, en este la mayoría de las veces la idea no vale la pena.
MAC: ¿En qué se diferencia su modo de tratar la fábula del de los fabulistas clásicos?
AM: En parte precisamente en eso, en hacer a un lado cualquier afán de moralizar. Moralizar es inútil. Nadie ha cambiado su modo de ser por haber leído los consejos de Esopo, La Fontaine o Iriarte. Que estos fabulistas perduren se debe a sus valores literarios, no a lo que aconsejaban que la gente hiciera. A la gente le encanta dar consejos, e incluso recibirlos, pero le gusta más no hacerles caso.
AM: …Por supuesto, al renunciar a los modelos clásicos uno se encuentra con otros problemas, con problemas que uno mismo tiene que resolver por primera vez.
MAC: ¿Qué clase de problemas?
AM: Entre otros, el de no tener moldes en qué apoyarse. En los siglos dieciocho y diecinueve los fabulistas proliferaban en nuestros países. Naturalmente, sólo tenían que pensar que la hormiga era buena porque trabajaba mucho y la cigarra mala porque haraganeaba y se dedicaba a hacer versos. Supongo que habrá habido muchas cigarras malas, pero no porque hicieran versos sino porque hacían versos malos; pero los burgueses ya se convencieron de que las hormigas obreras son más peligrosas para ellos que las cigarras poetas, y por eso ahora se ocupan más de controlar a las primeras y de halagar a las segundas…
(Nos leemos en la próxima; si es que)