Captan en Ocuilan marcados estragos a la ecología y descaro de talamontes en “La Piedra” y “La Cachucha”
**Hasta detienen el tráfico para cargar troncos hacia aserraderos ilegales, por ello moradores piden a Claudia Sheinbaum y Delfina Gómez un alto a la destrucción del bosque
por José Ángel Gutiérrez
Moradores del municipio de Ocuilan mostraron imágenes de la destrucción de los árboles en los parajes “La Piedra” y “La Cachucha”, ubicados en la comunidad de San Juan Atzingo, al tiempo de señalar el descaro de los Talamontes cuando cortan los troncos de madera incluso a mitad de carretera.
Considerada soporte del área natural protegida del parque nacional Lagunas de Zempoala, la zona es responsabilidad de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), dependiente de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
El parque nacional, cuya proporción boscosa se ubica en los límites del Estado de México y Morelos, expone crudas imágenes de la deforestación correspondiente a la jurisdicción mexiquense, en los mencionados parajes del territorio indígena Tlahuica de San Juan.
“Como se aprecia en las imágenes, la tala ilegal puede observarse a simple vista al transitar sobre la carretera Toluca-Cuernavaca, vía Lagunas de Zempoala, y se comete a plena luz del día, a la vista de todos”, mencionan en una publicación transferida a las redes sociales.
Añaden que el proceso ocurre “de manera tan descarada que los talamontes se dan el lujo de tirar árboles sobre la carretera”, a la par de “detener el tránsito vehicular para trozarlos (sic)” y cargar troncos en camionetas para trasladarlos por la cinta asfáltica hacia sus aserraderos ilegales.
Un obvio reclamo es porque el bosque no es solo árboles, sino también el hogar de muchas especies de la fauna, plantas, hongos y microorganismos, que interactúan con el suelo, el agua y el aire, conformando de esta manera lo que conoce como un ecosistema.
Los bosques producen madera y brindan alimentos, plantas medicinales, oxígeno, lluvias y agua, además de absorber el dióxido de carbono que provoca el cambio climático, mientras la vegetación retiene el suelo y protege de deslaves, inundaciones y más fenómenos.
En la publicación cuestionan “si es un área natural protegida o un verdadero ecocidio”, así como “si es justo que por unos cuantos dueños de aserraderos ilegales de Santa Lucía y Santa Marta” se sacrifique a la mayoría de la población por la destrucción de los bosques.
“Una vez más, solicitamos respetuosamente a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y a la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez, su apoyo para que se ponga un alto total a la tala ilegal y a la destrucción del bosque”, concluyen.