Con luto y dolor, en Oyamel, Temoaya, llevan a la tumba a peregrinos fallecidos
**Cerca de mil 500 personas, entre familia, amigos y vecinos de seis de las 13 víctimas del accidente de Lagos de Moreno, acompañaron a las víctimas a su última morada, al igual que en Molino Abajo
Texto e imágenes: José Ángel Gutiérrez
Temoaya, Méx.- Con un cortejo fúnebre enmarcado por la tragedia, amigos, familia y vecinos de seis peregrinos de 13 fallecidos sepultaron a las víctimas en la comunidad de San Lorenzo Oyamel, a raíz del accidente ocurrido en Lagos de Moreno, Jalisco.
El día transcurrió con llanto, música de mariachi y luto por parte del pueblo de Oyamel, al sur de Temoaya, donde cerca de mil 500 personas acompañaron a los deudos de la familia De Jesús, fallecida el fin de semana camino al santuario de San Juan de los Lagos.
Tras varias melodías de mariachi interpretadas frente a los féretros, voluntarios comenzaron a avanzar cargando en hombros a Josefina Esquila Roldán, de 77 años, a Rosa Flores, así como la menor de edad Lupita de Jesús Flores, hija de Rosa.
Con los deudos sobresalía Guadalupe de Jesús Esquila, hija de la señora Josefina, quien junto a una numerosa familia pasó por los cuerpos de un hermano, otra cuñada y otro cuñado, para formar un cortejo fúnebre sobre calle División del Norte.
“Hagan un valla, no se arremolinen, para que la gente que lleva a los difuntos pueda avanzar”, decía un familiar que trataba de organizar el caos natural de un sepelio numeroso. “Quienes quieran bailar pueden acompañar a la familia”, añadía otro familiar.
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Al inicio del cortejo, familiares cargaron los ataúdes con los brazos abajo, con el fin de bailar respetuosamente y menear al ocupante, al recordar que en su condición de peregrinos, a los finados les habría gustado una despedida en movimiento.
En el interior de un ataúd blanco, la pequeña Lupita de Jesús avanzaba hacia su última morada con varias mujeres cargando su cuerpo, aunque una de ellas derramaba lágrimas mientras mostraba de frente una fotografía con su rostro.
Uno a uno, los seis cuerpos eran transportados, con muchas manos requeridas para un funeral numeroso, además de acompañantes con flores, globos y velas, hasta saturar el panteón para depositar a las víctimas del fatal accidente.
El día de sepelios múltiples concluyó en la comunidad de Molino Abajo, donde el resto de los fallecidos contaron también un cálido acompañamiento antes de recibir sepultura en el panteón municipal, en otra jornada enmarcada por el dolor de una familia.