¿Cuál educación política al pueblo?

Isaac Ocampo García

(Jefes y propietarios de los partidos políticos)

(“Sin educación política, de cualquier cosa podremos hablar, menos de política”: V. I. Lenin.)

¿A qué van las masas populares en las concentraciones de los partidos políticos?

¿Por una torta y un refresco a cambio de oír y oír miserias y más miserias precisamente políticas?

Está visto pues que el pueblo en definitiva no está educado políticamente. (Va a las concentraciones con la esperanza de que le den… lo que sea, pero que le den) No lo está porque de entrada y con ello, gracias al organismo que lo convoca, ya es parte fácil del divisionismo.

Esto es, una parte del pueblo que acude a las concentraciones de un equis partido político, de inicio y con ello ya es contraria y/o hasta enemiga de la otra parte que acude a concentraciones distintas de un partido político distinto.

Y así, los pobladores ciudadanos: los unos que sienten llamarse de un equis modo porque creen estar de acuerdo con los enunciados decires y diretes de un equis partido; la mayoría de las veces, dichos enunciados –por la mayoría también de los ciudadanos concentrados- para nada o en muy poco, son comprendidos: por lo mismo, no entendidos. Pero, ahí están, “berreando”, gritando, vociferando, cantando y hasta bailando; a favor de tal partido.

Partido político tal, porque lo anterior sucede y/o se da en todos los partidos políticos habidos y por haber. “Ríos” inmensos de gentes que siguen como peregrinos guadalupanos a esos partidos políticos, de los que son “propietarios” sobre todo elementos de la clase media, o sea de la “pequeña burguesía”, y por elementos de la misma burguesía, que venidos a menos económicamente, lo que bien buscan en los partidos es cómo resolver y mejorar su situación.  

Organismos políticos, en donde deambulan (por decirlo de alguna forma), desde el “barbaján” más inculto, hasta el “intelectual” más “barbaján”.

Esto último, porque teniendo bien claro el asunto de la lucha por la libertad, la independencia y la justicia, éstas no las llevan a cabo en sentido correcto, sino al revés.

Es decir, que siendo el dinero y el poder los principales objetivos de su presencia en los partidos, la libertad, independencia y justicia, poco o nada les importa, poniendo todo (todo lo que se mueva dentro del organismo político) a la venta.

Así entonces, las masas populares de unos y otros partidos, son utilizadas, son movidas e impulsadas, por los “propietarios”, por los caminos y hacia los objetivos, no de las masas; sino de ellos mismos.

Mientras todo esto sucede hacia el exterior en todos y cada uno de los organismos políticos existentes en nuestro país; en su interior los movimientos no son de estudio, preparación y educación para la lucha política, no: la movilización ahí, es por ver qué “sacan”, qué “ganan” y/o, qué se “chingan” para su beneficio.

Mientras los jefes (o “propietarios, que es lo mismo) dan las órdenes (porque para eso también están), el “barbaján” inculto primordialmente se dedica a “barbear”, a “lisonjear” a los jefes. A decir verdad, muchos “barbajanes” incultos pululan en los partidos; “barbajanes” a los que los “propietarios” políticos, les han comprado, y les siguen comprando; su conciencia.

Es decir, los han castrado en su iniciativa, los han “taponado” en su querer hacer bien las cosas, para a su vez hacerlas como a los “propietarios”, jefes o patrones partidistas políticos quieren y se les antoja que las hagan.

La movilización interna en los partidos de ninguna manera es por la raza, no es por luchar a favor del pueblo; no es por tratar de mejorar la situación económica, social y política de la ciudadanía.

La movilización interna en los partidos, es por la seguridad económica de todos y cada uno de los que ahí se mueven.

Seguramente allí en el interior de los partidos nació o se originó la frase: “No avanza el que no tranza”. (¿Alguno de estos políticos -“propietarios” de partidos- querrá cobrar algún día por la patente de esa frase? No nos sorprendamos si eso llegara a suceder)

Nos leemos en la que sigue. Digo, si es que…