DAR LUZ
Participación especial para Punto del doctor manuel Figueroa
Manuel Figueroa García
La ciudad donde vivo es un lugar muy apacible, setecientos mil habitantes más o menos, como en toda ciudad se corren muchas leyendas y las clásicas tradiciones. Me fascina escucharlas especialmente de las personas mayores. Hay un de ellas que le pone mucha emoción y mímica, a pesar muchas veces cuenta el mismo relato, siempre es diferente en su representación de acuerdo al estado de ánimo que tiene en el momento de contarlo. Es una ciudad calurosa sin llegar a los extremos, así que por las tardes sacamos una silla a la banqueta a sentarnos y es el momento ideal para poner al día de política, religión y deportes. Con ansia esperamos que se presente doña Toya, mujer con una belleza indígena única, morena, cabello negro brillante, pocas arrugas en la cara a pesar de su edad, unos cincuenta o sesenta años a lo máximo, un sentido del humor maravilloso de todo se ríe hasta de ella misma, tanto nos contagia que todos reímos de sus ocurrencias. Cuentos de brujas, aparecidos, del diablo, anécdotas pasadas ocurridas a personas que ella conoció muchas veces actualizadas otras en el pasado, pero es una delicia que ella con comente cosas que siempre son las mismas pero contadas de diferente manera.
—Cuéntenos cuando se apareció el diablo en el puente de las damas, mi compadre aquí presente no cree en esas cosas.
—Miren muchachos, ustedes los disque estudiados no creen en muchas cosas porque debe tener todo una explicación pero hay muchas cosas que suceden con o sin aclaración. Hace muchos años había un hombre enamorado de una mujer del otro lado del pueblo y en tiempo de lluvias no podía pasar porque había un arroyo entre donde él vivía y su novia que estaba en el otro pueblo. Pensó en edificar un puente, pero no tenía mucho dinero porque el caudal bajaba con mucha fuerza llevando todo lo que podía. Sin pensarlo dos veces y con el amor que le tenía a su novia fue temprano a la cueva donde vive el diablo y que le invoca. En medio de una llama y nube de humo con olor a azufre que se le presenta
—Que deseas ¿Por qué me llamas?
—Si eres poderoso quiero que construyas un puente en al arroyo
- ¿El que da al pueblo de tu novia?
- Si
- Y que me das a cambio como pago.
- Que quieres de pago
- Tu alma—Sin pensar este hombre le dice que sí—Pero que hasta que el puente quede terminado puedes tomarla.
- Hoy antes de medianoche va a estar terminado siempre y cuando no cante un gallo. No te olvides, tu alma, TU ALMA—Desapareciendo en medio de una risotada infernal.
Por la tarde le comenta a su mamá lo que había hecho y que estaba muy arrepentido al saber que su novia tenía otro amorío
— ¿Muchacho tarugo QUÉ HAZ HECHO? no creo tan tonta pendejada tuya. Ve a confesarte con el padre, esperando te pueda dar una solución. Eso de dar tu alma por una mujer nunca es bueno—
El hombre fue a confesarse el párroco le impuso penitencia de rezar con fervor le entrega una sagrada biblia bendecida por el mismo Papa, y que se presente antes de las doce en el puente en construcción y que bata las pastas como lo hacen los gallos. El puente está casi terminado cuando el hombre llegó falta colocar una piedra cuando abre el sagrado libro y le suena como lo hacen los gallos antes de cantan y sin saber por dónde llega el canto de un gallo, fuerte y por tres veces. El diablo al ver que le ganaron con sus uñas deja una marca en la piedra y en medio de una llamarada con fuerte olor a azufre y sale volando y gritando diciendo groserías contra el creador hacía la cueva. Por eso le dicen el puente de la dama y tiene la marca de la mano del malo, los días de luna llena se calienta la piedra saliendo humo apestoso.