Diego Jousimar ¡La Libertad te espera!
(A: mi nieto querido)
Por Isaac Ocampo García
Toluca, Méx., Julio 10 de 2024.
Diego Jousimar, era un joven tranquilo, en ocasiones hasta demasiado tranquilo. Hijo de una madre soltera, a la que el padre de Diego –como sucede en “millones” de casos− le fue fácil no cumplir con sus obligaciones, y pues el muchacho fue creciendo sin padre.
“Víctima” del clásico “perdona vidas” del barrio, Diego estaba amenazado por un tipo mayor que él, un vicioso, sin oficio ni beneficio, al que “sentenció” que de no andar con él cuando se lo ordenara, la iba a pasar mal. Diego no era de golpes, ni “malandrín” como muchos otros, y no tuvo de otra que acceder a las “ordenanzas” del tipejo aquél.
Diego Jousimar, dentro de lo calmado que era, le daba por siempre tener un empleo, y así fue como la hizo de “taquero”, o vendiendo tamales a bordo de un triciclo; etc.
Pero sucedió que una noche en que Diego caminaba por donde vivía, de pronto se encontró con el vicioso aquél que lo tenía amenazado, diciéndole a Diego que lo acompañara, que halara con él. Por supuesto, Diego “obedeció”. Para esto, el “malévolo” ya había pactado con un taxista, amigo suyo, verse más tarde.
Ya a bordo los tres, el taxista por supuesto, Diego y el “bandolero”, circulando por la avenida equis, hizo la parada una (desafortunada, aunque ella no lo sabía) muchacha. El taxi hizo la parada, ella subió y, después de un rato de camino, el “malhechor” que iba en el asiento de atrás, donde la chamaca se subió (adelante iba Diego, como copiloto), comenzó (como quien dice) a “trastearla”, ella, como era de esperarse, se opuso a ello, pero el individuo aquel en sus adentros ya había decidido que la iba a violar.
Consumado el “acto”. Dejaron a la muchacha en algún lugar. Más tarde los tres del taxi fueron detenidos. Aunque sólo fue uno el que cometió el delito de violación. A Diego lo detuvieron los agentes judiciales sin una orden de aprehensión de por medio, incluso sometiéndolo a golpes…
En este momento, Diego ya lleva más de diez años en prisión. Fue juzgado por el mismo delito que el otro cometió; no él, y fue condenado al parecer a 45 años de prisión.
En sus declaraciones la afectada, de Diego dijo: que él iba en el asiento de adelante, que Diego no hizo nada en contra de ella. Que incluso, trató de evitar lo que el que la violó intentaba hacer, pero el delincuente no se lo permitió.
En fin, que hay varios elementos a favor de que Diego pudiese alcanzar su libertad, pero las autoridades no los han querido tomar en cuenta.
Ahora el caso está en manos también de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México. Pero, como ahí tienen mucho trabajo, a la mejor Diego se pasa otros diez años en el Cereso de Almoloya de Juárez.
¿Centro de readaptación social, el penal de Almoloya de Juárez? A ver si mi edad y mi salud me permiten ver salir de ese penal a Diego Jousimar. A ver cómo sale aquel muchachito que era tan tranquilo, a veces, tan demasiado tranquilo…¡Ojalá, ojalá y lo pueda ver salir; ojalá…
**Fotografía, tomada de la Red -todos los créditos a quien corresponda-