El nombramiento de la nueva embajadora en México, Nadya Rasheed, una pequeña victoria para Palestina
Por Juan Pablo Barba / Rebelión
El medio chiapaneco Cuarto Poder informó sobre la reciente designación de una nueva embajadora de Palestina en México, su nombre es Nadya Rasheed. La entrega de cartas credenciales, protocolo en el que un jefe de Estado acredita a un embajador o embajadora para ejercer sus funciones, fue hecha al Director General de Protocolo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Jonathan Chait, el 26 de octubre del 2024. En una fotografía hecha por la secretaría ese mismo día, se puede observar a la embajadora de mediana edad, portando una kufiya; prenda tradicional de Medio Oriente en colores blanco y negro, posando con la bandera de México a sus espaldas y el Director General a su lado.
Nadya Rasheed, quien ocupa el cargo en México después de haberlo ejercido en Uruguay, ha mantenido constantemente una actitud muy crítica con respecto a la escalada de la violencia en la Franja de Gaza y la postura que el gobierno uruguayo tomó al respecto. El medio uruguayo La Diaria publicó una entrevista con Rasheed, en donde la embajadora explicó fragmentos de la historia palestina y de su estado actual. Asimismo, denunció los “76 años de despojos y exilios” a la población palestina, la violación de “cada uno de los derechos reconocidos en la Declaración Universal de los derechos humanos”, el asesinato de “17 mil” niñxs en este último año y la deshumanización del pueblo palestino que Israel ha fomentado tanto en su discurso oficial, como en los hechos. También criticó la abstención de Uruguay para votar resoluciones que posibiliten el cese al fuego ante la ONU.
Añadió también que, si bien, la cifra oficial de palestinos y palestinas asesinados era de 42 mil, hasta el mes pasado, la prestigiosa gaceta médica The Lancet, estima que en realidad los asesinatos rondan los 200 mil, debido a los cuerpos no encontrados que aún yacen bajo los edificios bombardeados. “La idea es eliminar tantos palestinos como sea posible para conseguir más tierras palestinas. Es limpieza étnica básica”. Subrayó también que Israel ha “matado a la mayor cantidad de trabajadores de la ONU desde que ésta fue creada” y ha asesinado también “a la mayor cantidad de periodistas en 30 años”. La embajadora explicó que las condiciones que hacen posible todo esto consisten en el apoyo monetario y el intercambio armamentista, así como la protección diplomática y mediática que Estados Unidos le brinda a Israel ante la ONU. “Intentamos un proceso de paz y eso no funcionó, intentamos ir a la Corte Penal Internacional de Justicia y a la Corte Internacional de Justicia y nos castigaron” subrayó Rasheed.
Emiliano Olvera, corresponsal de la Izquierda Diario informó que, a pesar de existir actos diplomáticos de solidaridad con Palestina en América Latina, como es el caso de Colombia y Bolivia, México no había reconocido a Palestina como un Estado a pesar de que sus relaciones diplomáticas comenzaron desde 1975. “En julio de 2021 el Senado mexicano reconoció estas relaciones diplomáticas […] e hizo votos para que tales relaciones se conduzcan al nivel de embajadas recíprocas […] y aceptó recibir a embajadores de la nación árabe. Además, el Senado solicitó al Presidente de la República hacer oficial el reconocimiento del Estado Palestino” pero el ex presidente López Obrador estuvo renuente hasta el año pasado.
Arturo Magaña, en su artículo Embajada palestina en México: ¿embajada mexicana en Palestina? escribió para la revista mexicana El País una cronología en la que destacan los siguientes datos: En 1974 la Asamblea general de las naciones unidas reconoció a la Organización para la liberación de Palestina (OLP) como la entidad oficial representante de Palestina, lo que permitió que para 1976 México estableciera una “Oficina de Información” de la OLP que se mantuvo en funciones “sin estatus diplomático formal” hasta 1995, año en el que el gobierno Mexicano elevó esta oficina a “Delegación Especial de Palestina. Diez años después, México estableció una “Oficina de Representación” ante Palestina en la ciudad de Ramala, Cisjordania. Sin embargo, no fue hasta 2012 cuando la Asamblea General de la ONU reconoció a Palestina como un Estado observador no miembro; México votó a favor de esta resolución. Esto posibilitó que el 1 de junio de 2023 el Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados de Palestina reclasificara su Delegación Especial en México a la categoría de “Embajada”. Con esta acción se concretó el reconocimiento de México a Palestina como un Estado libre y soberano.
Hasta antes del 2023, México, junto con Panamá, eran los únicos países del continente que no reconocían formalmente al Estado palestino, mientras que México reconoció al Estado de Israel prácticamente desde su fundación a mediados del siglo XX. La historiadora y especialista en el tema Aracely Cortés-Galán, comenta al respecto que “Andrés Manuel López Obrador se vio obligado por las circunstancias actuales” a reconocer esta nación, considerando la escalada del genocidio en el último año y la presión interna de los movimientos civiles. La historiadora argumenta que esto se debe a una dinámica “paradójica” que históricamente ha sostenido el Estado mexicano que oscila entre una “apertura discursiva” y la alineación a las políticas estadounidenses.
Como es evidente, la relación diplomática entre México y Palestina tiene tantos años como contradicciones. La relación no ha sido lineal, sino que aparentemente ha tenido tanto avances como retrocesos a lo largo de su historia. La cercanía diplomática que tiene México con Estados Unidos e Israel, sin lugar a dudas, ha sido un factor casi determinante para las políticas entre México y Palestina. No obstante, el nuevo nombramiento de la Embajadora Nadya Rasheed es un paso histórico para el reconocimiento mutuo de ambas naciones, además de que significa el surgimiento de una voz palestina con mayor peso en la estructura del gobierno mexicano.
Si bien, este nombramiento podría responder al inicio del nuevo sexenio, el establecimiento de una Embajada de Palestina en México es una exigencia histórica que han sostenido diversos movimientos y organizaciones civiles solidarizadas con el pueblo palestino desde mediados del siglo XX y también representa una pequeña victoria diplomática para Palestina. El papel que México y el Sur Global tienen en la geopolítica internacional podría ser determinante para el cese al genocidio y para encaminar al Estado palestino hacia la autodeterminación.
**Fotografía tomada de la Red