“El que con libros se mete… no se asuste si sale aprendiendo menos”

Isaac Ocampo García

“De vez en vez/ salgo en busca de Dios/ el día que lo encuentre/ me quedo callado”. (Jaime Sabines).

 “Si usted cree en dios/ no lo diga/ actúe en consecuencia”

¿Se acuerdan de aquello que dice: “Todo por no estudiar”?

A lo que bien estaría agregarle: “Todo por no entender, por no asimilar lo estudiado”. Aunque, a estas dos cosas bien haríamos en antecederle: “Todo por no leer”.

Bueno, pues de mi lectura de la obra de Enrique Dussel: “Las Metáforas Teológicas de Marx”, me encontré con algo sumamente interesante, relacionada (obviamente) con la religión cristiana.

Pero antes he de decir, que me encontraba releyendo (por cierto tipo de nostalgia <a mí ciertas lecturas me provocan nostalgia>) el libro de J.J. Benítez: “El Caballo de Troya” (1), y éste, por una aclaración, me envió al libro de la Biblia; Deuteronomio: 7:6. En donde dice: “Eres un pueblo consagrado a Yavé. Yavé te ha elegido de entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra, para que seas su propio pueblo”.

Por más que quiero, no puedo evitar comentar, que cosas como ésta, a mí me parece, más que convenienciera, por supuesto, para los israelitas; para “los hijos de Jacob”; para “Las Doce Tribus de Israel”, para los judíos; etc.

Porque,  también, por más que quiera, no dejo de preguntar: ¿Y, los demás pueblos de la faz de la tierra? ¿Esos no son hijos de Dios? ¡Por favor! ¿Un padre que hace diferencias entre sus hijos…?

Sin embargo, y como “el que con libros se mete, no se asuste si sale aprendiendo menos”. Fuera bromas: en la lectura del maestro Dussel, pues nada, que me he encontrado con algunas cosas relacionadas con la crítica que Marx hace del Capital, y éstas relacionadas a su vez con la religión o doctrina cristiana.

Por ejemplo, de Apocalipsis: *17: 13. Y *13: 17 (Así, en ese orden), “en donde Engels recuerda su trabajo (en) esta obra, donde puede nuevamente observarse que la <metáfora> abre desde las consideraciones económicas-políticas del dinero, el “mundo” teológico del demonio. Esto es lo esencial y debemos clarificar desde un comienzo. Para Marx, el dinero (al inicio) y el capital (definitivamente) es el demonio., el Anticristo, el “Señor del Mundo”…

“Es verdad  −dice Marx− que el viejo mundo es del filisteo, pero no debemos tratar a este como un fantasma del que uno se aparte lleno de miedo. Lejos de ello, debemos mirarle fijamente a los ojos. Pues vale la pena estudiar a este Señor del Mundo. Es el Señor del Mundo, ciertamente, porque lo llena con su sociedad, como los gusanos llenan el cadáver. El <demonio> no es sólo una <cosa>, es una sociedad (no una <comunidad>), es el <Señor> del <Reino de este mundo>. Señor de muerte, donde se entierra a los muertos”.

*Apocalipsis: 17: 13. “Están todos de acuerdo en poner al servicio de la bestia su autoridad y sus fuerzas”.

*Apocalipsis: 13: 17. “ya nadie podrá comprar ni vender si no está marcado con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre. Aquí verán quién es sabio”.

(Notas sueltas: “En caso de que Dios en verdad existiera –dice el viejo maestro−, no habría te tenerle temor, como aconsejan en la Biblia; sino Amor y Respeto… Es que al padre, no se le teme, se le ama y se le respeta; digo…”.)

Nos leemos en la que sigue. Digo, si es que…

**Imagen tomada de la Red