Entre libros y oscurantismo
Por Cristóbal León Campos / Rebelión
En las últimas semanas se ha incrementado la disputa por el poder político, disfrazando los intereses de grupos en discordia, a través de una serie de cuestionamientos sobre los Libros de Texto Gratuitos (LTG) que recientemente comenzó a difundir el Gobierno de la 4T, y esto es de suma importancia, ya que muestra el pulso de lo que vendrá en los meses siguientes con relación a la elección presidencial de 2024.
El cuestionamientos a los LTG tiene una cierta preocupación verdadera ante la implementación de la Nueva Escuela Mexicana, algunas dudas respecto a lo pedagógico son reales y deben ser atendidas, pero es claro que la campaña emprendida por los sectores opositores a la 4T tiene una doble cara que intentan ocultar, llegando a grados extremos de oscurantismo preocupante, esto debido a que discursos de odio donde se busca confundir y alarmar a la sociedad son claramente una manipulación mediática vulgar y absurda. Decir que los LTG están elaborados con preceptos comunistas y que su finalidad es adoctrinar a la población es, además de tramposo, una irresponsabilidad por las repercusiones que puede tener entre la población, quienes esto dicen saben bien que es mentira, ya que la 4T es un Gobierno reformista del capitalismo mexicano. La exacerbación política y social en relación a los LTG no viene del Gobierno de la 4T, sino de aquellos sectores conservadores que generan con alevosía una serie de confusiones que en nada responden a las necesidades educativas del país.
El contenido de los LTG se ha puesto en juicio, y como hemos dicho en otro momento, es válido cuestionarlos, sin embargo, la argumentación de los grupos opositores no se dirige de forma efectiva a la eficacia de dichos textos en la práctica educativa, algo que además no se puede saber con certeza hasta que sean utilizados por los docentes, es decir, cuestionar algo sin que se haya utilizado es sólo una estrategia para desprestigiar desde la ignorancia y no una crítica fundamentada. Hoy la educación en México pasa por mil y un problemas, nadie duda que exista una infinidad de situaciones a resolver, entre ellas, y de forma prioritaria, debemos mencionar las condiciones laborales de los docentes -tanto en salario como en capacitación y recursos materiales, además de seguridad laboral-, por ello es incongruente lanzar críticas ideologizadas contra los LTG acusándolos de adoctrinadores, cuando en nada se preocupan por la calidad de vida de los miles de docentes que laboran en nuestra nación, y esa sí es una enorme y urgente necesidad pendiente de resolver.
Los tiempos que vivimos en México son reflejo del convulso presente mundial, el oscurantismo como una forma de neofascismo ronda el planeta y, nuevamente, aunque muchos crean exagerada esta afirmación, basta para confirmarla el enfoque de las críticas al contenido de los LTG, el temor de los opositores es la ruptura con ideas arcaicas, patriarcales, racistas, clasistas y conservadoras, la pretensión de prohibir los libros no es otra que mantener las cosas tal cual están según sus conveniencias.
Uno de los postulados filosóficos en los LTG responde al ideario de Paulo Freire, pedagogo brasileño que desarrolló la educación popular para alfabetizar a millones de seres humanos, sobre todo en América Latina y el Caribe, y acá conforme a tantas voces que critican los libros de texto, debemos decir que si de verdad ya los leyeron, entonces tenemos el primer logro de estos materiales educativos tan cuestionados…
**Fotografía tomada de la Red- todos los créditos-