Esteban Farfán Vega presenta “Penitentes” en el Museo del Barro de Metepec

** “Yo creo que el fotógrafo debe caminar y recorrer lugares que no ha pisado. El fotógrafo al final se debe encontrar con lo desconocido para poder presentar algo que la gente no conoce y lo debe expresar a través de su talento y lente”.

Por Guillermo Romero Zarazúa

Metepec, México. ¿Ya fue a ver la obra fotográfica “Penitentes”? si no lo ha hecho, vaya al #Museo del Barro del Pueblo Mágico de Metepec.

La excelsa curaduría y museografía de la exposición fue por Cesar Alejandro Castro y Flor Flores quienes aderezaron “Penitentes”, no se la puede perder, la exposición estará hasta el próximo 4 de mayo.

“Cuando llagué a Taxco, pedí me dieran la oportunidad de mostrar en realidad de lo que se trataba”, nos adelanta.

En “Penitentes”, el antropólogo y fotógrafo nos muestra, las alegrías, penares y pesares de seres humanos, “comunes y corrientes como tú y como yo, hay gente de todas las profesiones”.

P.-Esteban. ¿El mensaje cómo lo interpretas y cómo lo muestras a quien va dirigido?, ¿Cómo, es esa transición del creador de fotografía, en el caso del dolor, las penas…y la sangre?

R.-Sabes, primero yo creo que te debes de poner en los pies de lo que vas a fotografiar, en este caso cuando se trata de un ser humano, debes de tratar de entender qué es lo que quieres fotografiar, qué es lo que pretendes que la gente vea.

Sí es cierto, la sangre, lo primero que te llamaría la sangre lo que tu imagen a lo mejor podrías poner en primer cuadro, pero esa no era la intención la de esta exposición, es mostrar los sentimientos de cada uno y las formas. Hay una historia detrás de cada capirote; esta exposición trataba de, si no meterse, sí mostrar en algún momento el trabajo espiritual que hay detrás de todo esto.

Cuando llegué a Taxco, pedí me dieran la oportunidad de mostrar en realidad de lo que se trataba, no lo que todos los fotógrafos que van y hacen trabajo en la calle: dije, déjame hacer un trabajo diferente, déjame llegar al mensaje que tú me quieras dar. Y mira, llegué a estos claroscuros.

Tú sabes que cuando se toma en formato Raw es muy complicado trabajarlo en blanco y negro, pero cuando eres fotógrafo debes saber qué es lo que vas a querer. Y, espero que la gente pueda entender que la sangre no era lo más importante en esta exposición.

P.-El trabajo que realizaste fue de toda una semana o fue trabajo que estabas pensando realizar durante años y que estuviste afinando para sacarlo en la Semana Mayor. Cómo, fue ese ejercicio, porque seguramente tú ya lo habías visto y sabías qué es lo que querías.

R.-Te voy a contar cómo descubrí el trabajo que se hace en la Semana Mayor en Taxco. Lo descubrí en una revista de Play Boy, cuando yo tenía como trece, catorce años, allí venía en un reportaje: te acuerdas que en el centro de la revista traía reportajes muy buenos, ¿nunca has visto una de Play Boy? Antes, venía en medio, cuando yo descubro esas fotografías fue impresionante porque venía la sangre, yo me acuerdo que decía cómo sí pueden hacer todo eso.

Después, pasaron muchos años y trataba y trataba y nunca pude. Llegó un momento en el que dije, es este momento, ya no puedo detenerlo más, cinco meses antes saco mi hospedaje y dije, soy o no, llego allá y empiezo a tomar fotografías, me tropiezo con uno de los penitentes y es cuando le digo, `te puedo acompañar´, al asentir con la cabeza, fue cuando me abrieron los brazos y pude empezar a preguntarles muy íntimamente, ya sin el capirote, pero fotografías no se podía. Este no es un trabajo de años, lo tomé el mismo año y éste es de la exposición del año pasado.

P.-Esteban, ¿el capirote, lo utilizan para taparse la cara, o es una situación de duelo?

R.-No, no es una situación de duelo, el capirote es más una cuestión de anonimato.

P.-Esteban, “la disciplina”. ¿Cómo es La disciplina?

R.-Las disciplinas nada más las hace gente que sabe cómo hacerlas, no cualquiera puede hacerlas. La disciplina, es piola gruesa en medio lleva una base, esa al final de la punta lleva una base de plomo y después del plomo se le une un clavo cortado y se le va encintando para que queden en esa situación, pero debe de llevar una base de plomo para que pueda llegar a penetrar.

P.-¿Los penitentes te contaron, el por qué de ello, son mandas, o limpiar pecados?, ¿qué hay detrás de un penitente?

R.-Mira, detrás de un penitente hay un ser humano común y corriente, como tú y como yo, que en algún momento ha encontrado cómo es de pedir a alguien superior qué está pasando a su alrededor, hablamos de familia, trabajo, o salud; en fin, la sociedad como tal. Un penitente eres tú o soy yo, así de simple, comunes y corrientes como tú y como yo, hay gentes de todas las profesiones.

P.-¿Esteban, a ti te dijeron de sus plegarias o peticiones, qué piden?

R.-Mira, en todas las culturas del mundo siempre hay un sacrificio físico para poder llegar a un pedimento un poco superior, y estamos hablando desde los inicios del hombre, desde los trabajos de los chamanes que se tenían que desangrar para poder llegar a un éxtasis, desde cortarse lóbulos de las orejas, o cuando se traga peyote. O sea, todo eso es un proceso que ha existido siempre. Si lo vemos desde un punto de vista occidental, este trabajo sería algo salvaje, te estoy hablando desde un punto de vista occidental; si lo vemos desde un trabajo espiritual te vas a dar cuenta que está más allá de poder entrar a: señor he pecado se dice allá en el rosario cuando se reza, perdóname por mis pecados, pero no solamente es pedir por los pecados. Hay unos que dicen, yo no vengo a pedir nada: ¿por qué lo haces? porque soy Simón de Cirineo, y quiero ayudar a cargar la cruz que Jesús cargó por mí. Es un proceso de evangelización de todo un año.

P.-Esteban. ¿Has pensado en hacer ese ritual?

R.-Sabes que te llegas a enamorar de tal manera, o de querer entender que es… pero a veces si rebasas un límite, ya no puedes seguir haciendo un trabajo, y te lo digo como antropólogo. Cuando a ti te enseñan a hacer antropología sabes de que debes de tener un límite para que no convertirte en una persona más de la comunidad, porque entonces perderías objetividad. Como fotógrafo no puedes perder esa objetividad, siempre tienes que saber, y sabes que cada que apuntas el obturador el mensaje.

P.-Cuando checaste tu material fotográfico, tenías algo mejor de lo que pensaste o de lo que viste?

-Sí, claro, por supuesto, la verdad es que, sí, seguir trabajando de a rápido y de repente que vaya obscureciendo, que es en la mañana luego en la tarde, el tipo de lente; todo eso que tú ya sabes, te deja en duda, te deja en duda al final si hiciste bien el trabajo o no. De esto se hizo una selección de 250 fotografías, de las cuales tuvimos que bajar a 100, y luego a 50, después de 50 a 20, y de 20, pusimos 14. O sea, fue nada más tratando de encontrar, de que pudiéramos explicar, de que pudiéramos tener una conversación con la gente que pudiera ver la fotografía, que se enfrentara a cada una de ellas. Terminó

La exposición la podrá admirar en el Museo de Barro ubicado en avenida Estado de México, casi esquina Guerrero en el centro de Metepec, el museo está a casi tres calles del Bar 2 de Abril, allí puede pasar y echarse una garañona y con enjundio llegar a ver la exposición “Penitentes”, ¡ah! por cierto, los cuadros están a la venta, si le interesa alguno deje sus datos en la entrada y el expositor se pondrá en contacto con usted.