Festival Internacional Vallesano de Arte y Cultura de las Almas 2019

Fuera de la Burbuja

 Texto y foto: Yoselin Velázquez 

DE LA CULTURA A LA MÚSICA SÓLO HAY ALMAS

 “La música expresa lo que no puede ser dicho y aquello sobre lo que es imposible permanecer en silencio”.

Víctor Hugo.

Toluca, México, 30 de octubre. En el Municipio de Valle de Bravo, nombrado pueblo mágico en el 2005 se celebra, como desde hace 17 años, el coloquialmente llamado “Festival de las Almas”; el cual pretende llevar arte y cultura para propios y extraños pues, el pueblo se caracteriza por ser un lugar único, pintoresco y cálido donde las calles empedradas marcan instantes que, en esta ocasión, se envuelven de música, arte y cultura. 

En estos tiempos de transición y cambio, dicho Festival buscó preservan la esencia del mismo: el fomento de identidad a través de las costumbres y tradiciones que se hermanan con el folclore de los bailables tradicionales y las almas que contemplan a su paso las diversas actividades que se llevan a cabo del 25 de octubre al 2 de noviembre del presente año. Hasta ahora, de los eventos sobresalientes estuvo: el espectáculo de la Compañía de Danza del Estado de México –apadrinado por la recién nombrada “mejor bailarina del mundo” Elisa Carrillo– en la Velaria, donde los bailarines mostraron coreografías de calidad y exhibieron su talento que terminó por contagiar al público y de paso, cumplir las expectativas del mismo. 

Otro de los eventos donde –como dice Víctor Hugo– la música expresó, en su propio lenguaje sonoro, lo no dicho, pero sí acogido por las almas de los que estuvimos ahí (incluida la Directora General de Patrimonio y Servicios Culturales del Estado de México; Ivette Tinoco García) fue el concierto realizado por la conocida agrupación Paté de Fuá; quienes –en conferencia de prensa dijeron– “México es un país que no se acaba, es impresionante su hermosura, la generosidad, la sensibilidad de su gente. México es un lugar único en el mundo, yo estoy convencido de esto”, afirmó el vocalista y director del grupo Yayo González. En el concierto –que también se realizó en la Velaria el domingo 26 de octubre–, las almas no permanecieron en silencio pues, corearon y bailaron canciones como “el fantasma enamorado”, “linyera” y cerraron con “Celoso y desubicado” que terminó por haciendo bailar a gran parte del público que los despidió en medio de aplausos y sonrisas que alegraron la noche fresca del Municipio. 

De las actividades literarias que engalanaron el Festival fue la presentación del libro: “Lettraazul, La casa y otros espacios” de la autora, docente e investigadora del Instituto de Estudios sobre la Universidad (IESU) Blanca Aurora Mondragón; quien leyó algunos de sus textos plasmados bajo el azul de su pluma y la sensibilidad peculiar del estilo que la caracteriza como una gran escritora. En la presentación leyó algunos de sus poemas como “Cabalgata”, otro dedicado a su gran amiga que la acompañó al evento, Margarita Monroy Herrera; editora, creadora literaria, promotora de lectura que encabeza y mantiene el extraordinario legado literario y cultural de TunAstral y finalizó con “E-ella”. Además, la autora señaló que la literatura también puede ser catártica y que las otras formas de morir son las enfermedades mentales. Dicha presentación es una invitación para los lectores a que se acerquen al trabajo de la escritora y adquieran tan valioso libro porque sin duda, no se arrepentirán.    

El Festival de las Almas podría ser una oportunidad para resaltar la identidad que sigue viva en las costumbres y tradiciones, pero sobre todo en las almas de los que se fueron, los que siguen y continuaran pisando estos pueblos mágicos; sin embargo, es tarea de la sociedad involucrarnos en los procesos cutrales que ofrece el Estado para que se mantengan vigentes y enriquezcan nuestra cosmovisión, además, son recursos públicos que sólo tendrán un impacto real en la medida en que los ciudadanos les otorguemos un valor y los hagamos nuestros. De la cultura a la música sólo hay almas, pero en medio está el arte que todo lo roza y es absorbido como alimento que no se agota porque siempre está fluyendo en las actividades de la gente.