La corrupción mexiquense a todo galope
Rocío Fuentes García
Parafraseando lo que alguna vez la politóloga Denise Dresser Guerra denunció en su columna del periódico Reformarespecto al por qué se mantiene el círculo vicioso de la corrupción, no era más que el resultado de la máxima que se aplica en México: “encubre y serás encubierto”. La forma de demostrar las corruptelas de la clase gobernante que describe el libro La Casa Blancade Peña Nieto escrito por los periodistas Daniel Lizárraga, Rafael Cabrera, Irving Huerta y Sebastián Barragán, en la que se demuestra el pago de favores que hizo el Grupo Higa en beneficio de Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray Caso por los multimillonarios contratos de obra pública que obtuvo el señor Hinojosa Cantú cuando Peña Nieto fue gobernador del Estado de México y durante los primeros años de la presidencia del político mexiquense, fueron encubiertas por el entonces secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, quien de forma leguleya defendió a su jefe al señalar que las propiedades que fueron construidas por Grupo Higa (la casa Blanca de las Lomas y la casa de Malinalco) donde Peña Nieto y Videgaray Caso al finalmente ostentaban la posesión a manera de dueños, las adquirieron meses antes de convertirse en servidores públicos federales.
Virgilio Andrade encubrió y posteriormente fue encubierto –por sus exsubordinados de la Secretaría de la Función Pública– por el irregular manejo de los recursos financieros destinados a la reconstrucción de viviendas en los estados de Oaxaca y Chiapas, cuando éste fue director general del Bansefi. Hay varios datos que la mayoría de los medios de comunicación han descuidado a lo largo de los escándalos de corrupción que han terminado por destruir el capital político que tenía el PRI durante el peñanietismo, ya que un grupo de mexiquenses fieles subordinados del expresidente de la República, han participado en todas la trama de corrupción en la que se ha visto involucrado el grueso de altos funcionarios de la administración pasada.
Cuando Virgilio Andrade expuso el cierre del caso de las investigaciones que su jefe Peña le instruyó para que no lo culparan de hechos de corrupción durante el transcurso de su administración federal, se hizo acompañar del subsecretario de Responsabilidades Administrativas y Contrataciones Públicas, el mexiquense Javier Vargas Zempoaltécatl (actualmente secretario de la Contraloría mexiquense), quien ocupó la Dirección General de Responsabilidades Administrativas en la Secretaría de la Contraloría del Estado de México durante la gestión de Peña Nieto como gobernador del Edomex (Véanse los cargos públicos en el sitio web: https://www.secogem.gob.mx/3d3/pdf/Inicial/0000002245523.pdf). Cuando estalló el escándalo de la Casa Blanca en noviembre de 2014, dos personajes mexiquenses son clave para entender la cadena de encubrimiento que se orquestó para favorecer a Peña Nieto desde la Secretaría de la Función Pública. Javier Vargas ocupaba la Dirección General de Responsabilidades Administrativas de la Secretaría y su director general adjunto de Verificación Patrimonial, Jesús Antonio Suárez Hernández (actualmente ocupa el cargo de contralor de la Secretaría de la Contraloría mexiquense), tenían la responsabilidad de verificar el cumplimiento de las obligaciones de los servidores públicos, en presentar con veracidad, la declaración patrimonial. Evidentemente, estos dos personajes incumplieron en sus responsabilidades de verificar que tanto Peña Nieto como Videgaray Caso hubieran asentado en su declaración inicial, la relación de bienes inmuebles en posesión de ellos, ya que la Ley Federal de Responsabilidades que regía en ese momento, así lo exigía.
Curiosamente, cuando se dio a conocer el reportaje de Animal Políticoy Mexicanos Unidos contra la Corrupción y la Impunidad conocido como la “Estafa Maestra”, siendo Javier Vargas subsecretario de Responsabilidades Administrativas y Antonio Suárez Hernández director general de Denuncias e Investigaciones jamás dieron importancia al asunto y terminaron por no radicar el expediente correspondiente por instrucciones superiores. Ni siquiera Javier Vargas hizo lo necesario para que los titulares de los órganos internos de control de la Sedesol y de la Sedatu iniciaran las investigaciones correspondientes respecto a los señalamientos en los que estaban involucrados los oficiales mayores de ambas dependencias, Emilio Zebadía y Ramón Sosamontes. Todo quedo en absoluto silencio.
No solamente las omisiones de Javier Vargas han tenido consecuencias funestas para el combate a la corrupción administrativa de México. Otros personajes vinculados a él, han ocasionado grandes reveses al cabal funcionamiento de los intereses estratégicos del país. Después de que Javier Vargas ascendiera al cargo de subsecretario en 2015, quien ocupó su cargo fue Gabriel Carreño Camacho (actual subsecretario de la Secretaría de la Contraloría del gobierno estatal), quien desde la Dirección General de Responsabilidades Administrativas, en plena etapa de instrumentación de la reforma energética, se dejó de fiscalizar a Pemex Exploración y Producción, y se operó el desmantelamiento de tres contralorías internas en Petróleos Mexicanos, lo cual fue documentado por el portal Contralíneaen el sitio web: https://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/2016/07/03/aumenta-opacidad-en-pemex-por-reforma-energetica/. La falta de órganos internos de control en Pemex derivó en el crecimiento del huachicoleo desde 2015 a niveles nunca antes vistos en México.
Con estas decisiones, los servidores públicos mexiquenses desde los altos puestos de la Secretaría de la Función Pública dieron pauta al crecimiento del robo de combustible en las terminales de abastecimiento de Petróleos Mexicanos. Las malas decisiones que ha tomado el grupo de Javier Vargas le ha costado grandes descalabros patrimoniales al Estado mexicano. Pero siguen ocupando importantes cargos en el gobierno de Alfredo del Mazo. ¿Por qué será?
Javier Vargas sigue encubriendo al lado de sus amigos, a los parientes de Peña Nieto. Alfredo del Mazo Maza, al tomar posesión como gobernador del Estado de México, no manifestó en 2017 los depósitos por un 1.5 millones de euros en un banco de Andorra. Ni la nueva legislatura ha llamado a que Javier Vargas explique por qué no hizo de nueva cuenta la revisión y evolución patrimonial de su jefe, lo cual da cuenta de que su papel como flagrante encubridor del grupo Atlacomulco. Nótese que en todos los grandes casos de corrupción como la Casa Blanca, la Casa de Malinalco, el huachicoleo, la “Estafa Maestra” y los depósitos de Del Mazo en el extranjero, pasan por el escritorio de Javier Vargas, por supuesto, para ser encubiertos y archivados.
