La guerra… la absurda guerra
Por Isaac Ocampo García
Nada más absurdo que la guerra. Pensar sin embargo que todo nace o se hace a partir de lo que el humano desarrolla en su cerebro. Nada del otro mundo esto que he dicho. Pero, la historia de la humanidad ha sido siempre: los unos contra los otros. Unos más que otros. Incluso, una súper inmensa mayoría, bajo la tutela, el antojo y la imposición de una muy escueta minoría.
“La idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejó perplejos a los demás filósofos: ¡pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir ese mito demencial?”.
(“La insoportable levedad del ser”. De: Milan Kundera)
“Durante los cuatro años que la humanidad sufrió uno de los dolores más crueles de su historia; durante esos cuatro años que corren de fines de 1914 a fines de 1918, los pueblos más civilizados del mundo, los más cristianos, los que mayormente contribuyeron a difundir ideas de fraternidad, se encontraron frente a frente llenos de odio”.
(Esto lo escribía, Alberto M. Candioti, como parte del prólogo a la obra de Francesco Nitti: “Europa Sin Paz”.
Obra escrita hace exactamente 100 años: marzo de 1922)
Prólogo de Candioti, que termina, más o menos así:
“Jesús: ¿para qué ha servido tu sacrificio; para qué te admiran y bendicen y te adoran los hombres, si todos los que pronuncian palabras de amor han de morir como tú, en su cruz, en manos de los fariseos?
¡Jesús, tú no has hecho más buenos a los hombres!”.
Mayo de 1922.
Y así, entonces, en años de la segunda guerra mundial: “El presidente Wilson, pensando en la sociedad de las Naciones, ha contribuido más que todos a poner barreras entre las naciones”. (Europa Sin Paz)
O, sea: ¿igual hoy el presidente Biden, en la guerra de Rusia y Ucrania? (¿La demencial repetición de la que nos habla M. Kundera?)
“Cristóbal Colón partió de Europa con ánimo de encontrar la ruta de la India y encontró América. El presidente Wilson partió de América creyendo llevar la paz a Europa, y lo que llevó fue el desorden y la guerra”. (Europa Sin Paz)
Para no perder la costumbre: el presidente Biden, con la misma misión.
Me quedo, para el final de estas palabras, queriendo parafrasear a Epicuro, que más o menos decía así: que dios evite las guerras, y si no puede evitarlas, es que no es dios. O si no quiere evitarlas, entonces es un mal dios; un dios que no quiere a todas esas buenas personas que aún existen sobre la faz de la tierra: a pesar de los Putin, los Biden; los Zelenski…
Hoy, ya en la tercera década del siglo XXI, la humanidad está cerca, muy cerca de su desaparición total; nada más, porque la cosa ya es… ¡¡¡Nuclear!!!
Nos leemos en la que sigue. Digo, si no es que a uno de estos pinches locos se le ocurre apretar el botón y…