México lejos de una oposición verdaderamente preparada
Por: Isaac Ocampo García
“Toda la historia intelectual y moral, política y social de la humanidad es un reflejo de su historia económica”.
M. Bakunin: “Dios y el Estado”.
Toluca, México. Está visto que lo de la política en un país como el nuestro es cuento de nunca acabar. Que los señores del poder y en el poder jamás aceptarán de hecho darle cumplimiento a lo más elemental de los derechos humanos; esto es: dar paso a lo mínimo que un ser humano necesita precisamente para vivir y existir como humano. Que el ser humano no necesita de excesos, por lo menos no los que a duras penas tienen para comer; que los excesos los cometen los que lo tiene todo, increíble que a la vez sean los que menos trabajan.
El pueblo vota por un equis candidato, y apenas llega éste al poder, de inmediato se lanza contra los que lo llevaron a ese lugar. De inmediato se hace el occiso con respecto a sus promesas y compromisos en general. (Adquiere ahora compromisos con los dueños del grande capital) La ley, no obstante de corte burguesa, es ignorada por el antes candidato. La ignora sobre todo en esos puntos en donde más directamente debe contestarle con hechos al pueblo. Hoy pasado el tiempo, vemos hacia atrás y me pregunto, ¿por qué al Luis Donaldo Colosio de “Veo un México con hambre de justicia”, le contestaron asesinándolo? Pero, y ¿por qué inmediatamente después de este hecho, aceptamos, así, sin decir absolutamente nada; que nos “encajaran” al “modosito” señor Zedillo Ponce de León? Como casi nada se dijo en contra de esas sabandijas panistas de Fox Quesada y Calderón Hinojosa.
Seguramente ya no se vale preguntarse en dónde estaba, en aquellos momentos, la “oposición” (¿Cuál oposición, la falsa o la verdadera? ¿Cuál es la falsa, cuál la verdadera?) Para el caso es lo mismo, entre las gentes del poder, de uno y los demás partidos políticos; los acuerdos entre ellos fácil, prontos y expeditos llegan. Las apariencias, los falsos enojos y corajes contra quienes llevan la voz de mando en todo este “burlesque”, se dan como cosa de todos los días, por eso a nadie le sorprende que las cosas se den como se den en un momento dado. En pocas palabras, así es la política en nuestro país. Los de arriba deciden, los de abajo acatan, obedecen y ejecutan; pero los de más bajo todavía, sufren, y sufren de adeveras las consecuencias de todo esto.
Por su parte la oposición verdadera, esa que no cobra por aparentar algo o nada, grita y vocifera en contra de toda esa bola de “teatreros”, bien pagados por cierto, pero tampoco logra nada. La gran farsa sigue su inexorable rumbo. El pueblo sigue sufriendo las consecuencias; por una parte, de los que saben bien lo que hacen, de los que en base a sus conocimientos (Administrativos, políticos e ideológicos) abusan de la ignorancia, del miedo, de la ineptitud e indecisión de los de hasta bajo. Una oposición verdadera, aún lejos de estar verdaderamente preparada, para que en base a que “Las condiciones están dadas”, como dicen: por ejemplo, La Revolución Proletaria debe ya ser iniciada.
Lo que por lo menos yo veo en eso que llamo La Oposición Verdadera, es, que entre sus filas sigue habiendo mucha ignorancia, mucha gente que ni siquiera sabe leer y escribir, por lo mismo, gente que para comenzar, no sabe de nuestra historia, que poco nada sabemos de nuestras leyes, vamos; que no lee siquiera a los clásicos del Socialismo Científico, por ejemplo.
Perdón pero me digan lo que me digan, esa oposición verdadera aún no está preparada para dar una verdadera lucha contra los que desde siempre ostentan el poder; llámense PRI, PAN o Morena. Ellos seguirán llamándose, en la realidad, defensores de los intereses y objetivos de los dueños del Capital, en tanto sigan con la farsa de que luchan por… “Los Pobres Primero”. En tanto el proletariado seguirá acatando las órdenes y antojos de los primeros. Y lo seguiremos haciendo, por la sencilla razón que aún no estamos preparados ni educados para hacerles frente, precisamente a los de arriba. A los de arriba comenzando por los partidos políticos, tanto de derecha como de izquierda, hasta los dueños del capital, tanto nacionales como extranjeros.
Nos leemos en la que sigue, digo; si es que…
