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Semanario Punto les comparte al ganador del certamen Carta a mi Padre, José Paulino Osorio Montaño, colaborador de Semanario Punto y www.puntoestadodemexico

José Paulino Osorio Montaño  es geógrafo, de origen nahua, colaborador de las revistas científicas Papeles de Población y Huellas de la Migración, y trabaja para el Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población, de la Universidad Autónoma del Estado de México. Se define como un militante de izquierda, teatrero, librero, bailador y guardián de la cultura tradicional.

Semanario Puntose congratula de tener a tan sensible colaborador. Les compartimos la carta ganadora.

Papá

¡Gracias papá!

Dos mundos, dos visiones

Conocer la ciudad no fue lo mismo con mamá que contigo.

Contigo conocí el dinero, el poder, la calle, la cárcel, la pulquería, el pulque, la embriaguez. Las mujeres, las amadas. 

El centro de la Ciudad de México, las calles Topacio, San Pablo, Chapultepec, Tlahuác-Tulyehualco, La Merced.

Pueblos como Xochimilco, Tlahuác, Tulyeyualco, Zapotitla, Milpa Alta, Tecómitl, Tetelco y el gran Mixquic, como olvidarlos.

Esperar los domingos la barbacoa del señor Daniel en el centro de Mixquic, con dinero y sin dinero, don Daniel me daba mi consomé con panza y mis cuatro tacos de falda o de panza.

Los tlacoyos de la señora Cerila, y de sus hijas (Leonor) en el mercado o en el embarcadero sábados y domingos. Qué tal, ¡ay Mateo, cuando te veo hasta pateo!

Los días 2 de noviembre de cada año, perdí la cuenta de cuantos años hasta los trece que me tocó estar allá, y nuestro más reciente viaje a esa Iglesia con su panteón, levantada con las mismas rocas de su base piramidal del templo de mis hermanos mexicas, hace apenas cinco años, encontrar la casa y a la mujer que siempre nos dio hospedaje, su nombre lo dice todo. ¡Angelita!

Hoy te veo a tus 90 años. Escucho el crujir de tus huesos, tu andar lento, tus caídas, tus gritos.

Tus recuerdos: de don Pancho y su esposa Lupita, sus cuñados y cuñadas.

La señora Angelita y su hija Celia (gruesa), la de las flores.

La señora Silvia, la de los atoles y los tamales.

La comida de frijoles con ejotes y un jarro de pulque o un litro.

El señor Ambrosio y sus hijas Alicia y Juanita.

Don Pedro de Milpa Alta y su esposa Lupe de Mixquic.

Doña Fermina de 50 o 60 años, alta.

El señor Macedonio Flores paisano que nos recibía en Xochimilco o lo veías en el mercado de Ozumba.

Regresar en una o dos semanas a Mixquic, con petates de 8 o de 7, petatitos, petatitos para la máquina, aventadores.

Mi primer acercamiento al teatro mexicano con el maestro Hugo Argüelles y sus cuervos que se visten de luto. Fue en Mixquic, aún lo recuerdo, cómo olvidarlo si me a acompañado toda la vida, al igual que mi gusto por el teatro. ¡Soy teatrero de corazón!

En mis personajes me tocó ser el más malo de la obra (Onkelos), el bueno, el alegre, el papá, el hijo, un personaje a la vez.

Hoy en la vida real tengo la fortuna de ser hijo, papá y abuelo a la vez, además de ser esposo, hermano, cuñado, amigo, y todas las profesiones que me asignan.

Hoy veo la casa con agarraderas, andaderas, sillas de ruedas, patos, oxígeno, medicamentos, 52 años de experiencias juntos.

¡Quiero agradecerte la vida!

¡Gracias, papá!