Sin represión, la CNTE no tiene futuro
Por Miguel Ángel Ferrer / Rebelión
Sobre el desarrollo del conflicto que la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) mantiene contra el gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, sólo hay una cosa segura: no habrá represión.
Y si la CNTE no consigue ser reprimida, poco a poco su movimiento irá perdiendo fuerza, porque la dirigencia magisterial, también poco a poco irá perdiendo el apoyo de sus bases.
Por eso la CNTE está apretando el paso en sus provocaciones. Le urge que lo más pronto posible el gobierno de Sheinbaum desate la represión: palos, persecución policiaca y judicial y, finalmente, cárcel para sus miembros más aguerridos, es decir, más irresponsables.
Pero nada de eso va a ocurrir. Ahora ya no manda el Prián. Ahora ya no manda la oligarquía que dominó al país durante los últimos 50 años. Ahora manda el pueblo. Y parece que la CNTE todavía no lo entiende.
Los métodos de lucha de la CNTE se justificaban y entendían y concitaban el apoyo de vastos sectores populares cuando gobernaba el Prián. Pero eso ya no existe. Y parece que la CNTE no lo ve.
Y tampoco ve que no se está enfrentando, como antes, a un gobierno espurio, a un gobierno sin respaldo popular. La Presidenta tiene ahora el respaldo de millones y millones de personas, de trabajadores. Un respaldo que no sólo no decrece, sino que se acrecienta día con día.
La CNTE parece no entender que no se enfrenta a De la Madrid, a Salinas, a Zedillo, a Fox, a Calderón o a Peña Nieto, nefastos personajes que no contaban con más respaldo que la fuerza bruta de un Estado represor, inhumano y sanguinario.
Pero quizás esté mal decir la CNTE. Acaso lo más adecuado sería decir la dirigencia de la organización, su liderazgo. Digamos el núcleo más intransigente. Un núcleo duro que empieza a mostrar su divorcio de sus propias bases.
Ya se observan señales de este divorcio. Y al paso del tiempo se harán más visibles. Por eso a la dirigencia le urge que Sheinbaum se decida a desatar la represión. Pero, como se diría en términos taurinos, los líderes más duros e intransigentes de la CNTE están pinchando en hueso: no lograrán su avieso propósito.
Y sin represión, el movimiento no tiene futuro. Y no tardaremos en ver, muy pronto, a los líderes de la CNTE, tocar retirada, como se dice popularmente, con el rabo entre la patas.
**Fotografía tomada de internet -créditos a quien corresponda