Sobre “la necesidad” de leer a Jon Fosse

** Intelectuales, ávidos lectores, lectores ocasionales, mamalectores, memeros y demás fauna que se puede encontrar en bibliotecas y librerías, señalaban su superioridad moral e intelectual por haber conocido y leído a este escritor noruego.

Por José J. González

Este 05 de octubre se hizo el anuncio oficial del Premio Nobel de Literatura 2023; y aunque en las principales casas de apuestas figuraban grandes nombres como Murakami, Ngugi Wa Thiongo, Maryse Cond, Lyudmila Ulitskaya, Anne Carson, Margaret Atwood, Mircea Cartarescu, entre otros, nadie evitó la sorpresa cuando el nombre de Jon Fosse empezó a circular en las redes sociales. El eterno nominado −obvio, aparte de Murakami−, de un momento a otro comenzó a estar en boca de todos. Esos pocos libros que se habían editado en español ahora se venderían como pan caliente, generando un alza en la venta y ganancias de varias editoriales..

Las redes sociales comenzaron a ser un hervidero de publicaciones donde el nombre de Jon Fosse sobresalía. Intelectuales, ávidos lectores, lectores ocasionales, mamalectores, memeros y demás fauna que se puede encontrar en bibliotecas y librerías, señalaban su superioridad moral e intelectual por haber conocido y leído a este escritor noruego. Si bien es gracioso encontrar una que otra publicación sarcástica, también es sorprendente encontrar usuarios que hacen gala de tanta soberbia, provocando que en lugar de prestarles atención, uno termine funándolos.

Pero ¿qué necesidad de demostrar que has leído o conocido a un Nobel antes de serlo? Si bien es cierto que el nombramiento ha hecho que las editoriales puedan beneficiarse, también es claro que nos permite hacer presente lo que antes se desconocía. De Fosse había leído sólo una novela y una obra de teatro, mismas que no me parecieron excepcionales y que bien podrían pasar sin pena ni gloria y creo que a muchos lectores les sucedió lo mismo. Pero cuando se anuncia como ganador, es claro que se siente esa “necesidad” de volver a leerlo para saber si ahora su obra adquiere más sentido, regañándonos por no saber identificar una pluma digna de un Nobel.

¿Hay una necesidad de relectura? Claro, pero también hay una necesidad de leerlo por primera vez. Y está bien leer y releer, lo malo viene cuando sin conocer la obra completa se empiezan a establecer esos lindes que separan a “un buen” lector de uno snob. Nunca falta el “Yo leí a Fosse antes de su Nobel”, “Yo ya conocía a ese autor”, frases lanzadas con cierto dejo de superioridad, cuando en realidad el acercamiento que tuvimos muchos lectores fue a partir de la mera curiosidad de descubrir algo nuevo.

En estos momentos muchos lectores estarán teniendo su primer acercamiento a Fosse y, si bien dicen los medios que el autor ya era conocido en muchas partes del mundo, ese mundo del que hablaban eran tan pequeño comparado con el que se está creando justo ahora. ¿Deberíamos todos a estar obligados de leer año con año al nuevo galardonado? Si bien no es una obligación, debemos de hacer notar que este premio no sólo nos sirve para conocer autores, sino que también nos demuestra la manera en la que el mundo avanza.

**Fotografías tomadas de la Red