Dama Plateada

Por: Paulinho de Nola 

Aquí

Ya nada importa pues ya no estás tú

Sólo mantengo viva mi esperanza

Que vuelvas a mi lado con tu luz…

Te esperaré.

Marco Antonio Solís

Son las 12:00 en la estación del metro Cuitláhuac, línea 2 del Metro de la Ciudad de México, cuatro años de espera y por fin la entrevista con Beatriz Pérez Patiño. Por fin llega.

Después de viajar por más de una hora llegamos al municipio mexiquense de Villa Nicolás Romero. Nos espera la mamá, Rosa Patiño, enferma de diabetes, con problemas de la vista, con diálisis rechazada.

El encuentro de madre e hija, ambas migrantes, guerreras, machas, femeninas, matriarcas, como ellas se definen. Y con llanto ¿por qué no?, las mujeres también lloran.

La señora Rosa tiene varias facetas en su vida: cantante, comediante y luchadora profesional.

En sus inicios de cantante conoció a Las Jigüerillas, Lorenzo de Monte Claro, Las Hermanas Huerta.

“Mi papá nos daba unas tranquizas que para qué le cuento, mi papá era muy machista”. Nosotras salimos bien machas. Nos íbamos a cantar con mi hermana Estela”

“Desde los nueve años comencé a cantar, cuando iba a la radio con Paco Malgesto, comencé a llegar a la ANDA (Asociación Nacional de Actores).

“Éramos bien tramposas, para irnos a Tacuba, llegábamos al panteón Sanctorum, mi hermana y yo llegábamos bien temprano y nos metíamos a un árbol hueco con la guitarra en medio, estábamos flacas como lagartijas, cabíamos bien, hasta que iban y nos tocaban”. “Muchachas les va a pegar su papá si no se van a trabajar. Eso fue cuando yo tenía 13 años”.

“Cantando me olvidaba de todo, era feliz”. “Era Rosa la que cantaba y no nada más Rosa, la hija de don Ignacio”

“Pero me acordaba y me daba coraje y comencé a ir al gimnasio a entrenar. Decía: “ahora sí voy a agarrar a trancazos a mi madrasta, para que no me anden pegando por su culpa”.

“Nunca dejé de ser cantante, ya no estaba mi hermana Estela; éramos el dueto de Las Hermanitas Patiño”.

“El dueto duró hasta que Beatriz tenía tres años; yo cantaba y luchaba”

“Yo pisé un foro desde los cinco años, mi papá nos llevaba a cantar, aprendí a tocar la guitarra de manera autodidacta, mi papá rentaba cines o en las primarias, nos vestíamos de payasitos, mi papá era el mago, hacíamos acrobacias, era puro humor blanco, eran los años de las carpas. “Llegué a ser luchadora profesional por el Huracán Ramírez”.

“Ese hombre me dio mucho, me ayudó un montón, él me compró mi primer traje, mi primer equipo y por él empecé a luchar”. 

“El Huracán Ramírez me llevó a la gira a Japón. En el mundo de las luchas es muy duro, no conoces nada. Por la gira a Japón me tramitaron el pasaporte, un día al aeropuerto, llegamos a Japón directo al hotel, que era un cuarto para todo, comer con palillos, tomar Sake, marearte. Salir a entrenar, luchar, y de regreso no conoces nada.

“Hicimos varias giras con Huracán Ramírez; me acuerdo de la del Pacífico, desde Tijuana a Chiapas; no conoces nada llegando a luchar; hubo ocasiones en que llegábamos directo a la arena porque ya nos esperaba el público. Conocí a luchadoras muy buenas, como Toña la Tapatía, Irma González, La Vendetta.

Hoy la señora ya no es la Dama Plateada por la lucha libre; ahora lo es porque su pelo ya deja ver la experiencia en su cabello plateado.

La lucha de este par de mujeres se puede ver en la declaración del arquitecto Enrique Mayrán, presidente de la Comisión de Box y Lucha del extinto Departamento del Distrito Federal al negarles a las mujeres el derecho al trabajo.

El artículo 123 de la Constitución Política de las Estados Unidos Mexicanos, al que hacemos referencia, a la letra dice: “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la ley”.

“Lo moralista es lo de menos, pero la lucha se ha convertido en algo familiar y ello se acabará con un espectáculo no apto para niños y familias, aparte de que considero que la mujer pierde mucho feminismo con ese trabajo. Como que se le puede encauzar hacia clubes nocturnos debidamente orientados, pero de todas formas creo que sería deprimente, con todo y esos ocho millones que rondan por ahí”, afirmó Enrique Mayrán, presidente de la Comisión de Box y Lucha del Distrito Federal.

Para Beatriz, grande fue la sorpresa, que ella pensando que la jaula como dice Chomsky de su mamá era más pequeña que la suya,  llega a Nueva York y todo Estados Unidos, y resulta que su mamá hizo gira por Japón y ella no lo sabía.

Chomsky responde utilizando un lema de los trabajadores agrícolas brasileños: “Dicen que deben ensanchar su jaula hasta que puedan romper los barrotes”.

¡Sorpresas que nos da la vida!

¡Vivan los migrantes!

¡Vivan los Trabajadores Internacionales!