Leer para crecer. Según PISA, México país de enanos

Julio Luna Álvarez

Gran revuelo causó hace dos semanas el informe del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA), la evaluadora profesional, misma que cobra grandes cantidades de dinero por exhibir a los país asociados cada tres años, evaluación que se centra principalmente en el campo de las matemáticas, el de la lectura y el de ciencias. En ese informe los eruditos en el campo de la lectura se alarmaron porque PISA exhibió resultados catastróficos que reportados los alumnos a los que se les aplicó el referido instrumento medidor de la vergüenza mexicana, y según sus parámetros que utiliza para indicar quién es picudo para leer y quién es pendejo porque no entiende ni jota de lo que se le pone enfrente y mucho menos en modelos arcaicos de pruebas estandarizadas, modelo de uso casi nulo en la mayoría de las escuelas del país, sobre todo porque esas pruebas estandarizadas el grueso de los maestro ni siquiera los sabe construir, y mucho menos con ellos evaluar a los alumnos y así poder determinar si el alumno comprendió lo que leyó.

PISA trabaja sus pruebas estandarizadas cada tres años y al cuarto rinde un informe de los resultados a los países que le pagan por esta acción de medición, más no de evaluación, que es una cosa totalmente diferente y novedosa, para quienes entienden de esto. Las pruebas estandarizadas que son el estado del arte (State of the Art), en cuestión de baterías pedagógicas son instrumentos ya pasados de moda, sobre todo en los países más avanzados, como Estados Unidos, pero como México es un país, supuestamente, huérfano de pedagogos, y por ende carente de modelos educativos novedosos, PISA siempre va a tener las puertas abiertas y la cartera presta a soltar los billetes para quien quiera venir a México a vendernos cuentas doradas y espejitos. Total, quienes ocupan las direcciones en las escuelas de nivel superior, sobre todo en las normales que son las que supuestamente deben formar docentes, lo que menos les importa es el nivel académicos de sus instituciones y a ella arriban muchas ignorantes de lo que es la cátedra de nivel superior, y por ejemplo, ni siquiera se han dado cuenta, porque son imbéciles e ignorantes del hecho educativo, que en la licenciatura de Educación Primaria algún genio de los que elaboraron los planes y programas, borraron de un plumazo la cátedra de Métodos de Lectura y Escritura. Así los futuros licenciados en esta especialidad egresan sin las herramientas básicas para desempeñarse como profesionales de la educación.

¿Y qué hacen los improvisados directivos para subsanar esta carencia y esta falla pedagógica en sus respectivas escuelas? Nada. Lo que es nada. Y no hacen nada porque a ellos sólo les importa quedar bien con sus autoridades, sólo tienen entendido que cuando los vayan a visitar a sus oficinas centrales tienen que entrar a sus aposentos con la cabeza gacha, y para incrementar la percepción de sumisión, deben entrar de rodillas, y con esas acciones saben que tienen asegurada la permanencia en la silla directiva. Son tan pueriles e infantiles que cuando salen de la dirección de su escuela, salen con la silla pega al **derrier, trasero, no sea que si salen de la office, al siguiente día se lleven la sorpresa y como dice la canción, les canten aquella rola que dice que… “Otro ocupa mi lugar”. Pero los imbéciles que tampoco se han dado cuenta de que en la Licenciatura de Educación Preescolar los genios de la SEP desborraron la asignatura básica para las futuras educadoras: Ritmos, Cantos y Juegos, que el Maestro Salomón Ortega Romero (QUED) construyó el espacio ad hoc para que se desarrollara esta materia, pero que el zopilote de las normales del Estado de México desapareció, por sus meros testículos. Y se reitera, ¿qué hacen los improvisados directivos de las escuelas normales para subsanar estas deficiencias académicas? Nada. Nada de nada, Les preocupa más a los imbéciles que se jactan de usurpar un puesto directivo demostrarle a sus jefes que con dádivas, por ejemplo computadoras y materiales de cómputo y oficina (stationary) se ganan con una facilidad pasmosa la voluntad de quienes tienen la autoridad dizque para nombrar dizque docentes para desempeñarse en las escuelas a sus anchas.

Total, las dádivas en especie y/o en metálico tienen el poder de subyugar a los jefes para que se pueda conservar el puesto. Y si el mero mero petatero invita a atender cursos que a nadie interesan, las personas con las rodillas raspadas, por que entran de rodillas a las oficinas en Toluca, interpretan, sin entender para qué es la Semántica, que una invitación es una orden y como la voz de los meros meros es divina, ¿quién se atreve a ignorarlos que es una orden disfrazada de invitación, sobre todo con lo arrastradas y sumisas que son las **pentontas que  saben y tienen muy claro que conservar el hueso deben asumiendo actitudes sumisas y agachonas, tanto que cuando les den su premio de investigadoras tendrán que ser clientas del quiropráctico para que les enderecen la columna vertebral?   

Y es para dar risa todas las reuniones que mandó organizar la SEP dizque para generar ideas que ayuden a mejorar la organización y academia de las escuelas normales. En la forma parecían, dichas reuniones, buenas y se podían alcanzar los objetivos, pero ¿acaso los ignorantes que las organizaron tenían idea de lo que se buscaba alcanzar? ¿Cómo se invita/obliga a quienes no tienen la mínima idea de lo que es la academia formadora de docentes a organizar un acto con el cerebro que tienen nuevecito, porque casi nunca lo han usado? ¿Acaso estas tipas conocen los planes y programas de las licenciaturas y lo presumen por el solo hecho de asignar materias sin tener noción de lo que implica cada materia de cada licenciatura? Los ignorantes que se atreven a practicar la docencia y entran al aula a enseñar estadística, creyendo que pueden pendejear a los alumnos, y llegan al límite de insultarles la inteligencia obligándolos a aceptar a los disfrazados de docentes improvisados, y que más pronto que rápido  salen de la cátedra porque los alumnos no son tontos, y ellos saben que un cargo no da el conocimiento, aunque sea acompañado el cargo con un rimbombante oficio conseguido por el Alí Babá del nivel referido.

Así, que nadie se diga sorprendido porque PISA reprobó a los alumnos mexicanos en lectura, y que después de 15 años de pruebas estandarizadas, para vergüenza de quienes otorgan plazas en las normales sin ton ni son y de los lame suelas que nada más llega un nuevo tlatoani a la dirección general inmediatamente se acerca a él para, como el chícharo de la peluquería, sacudirle el polvo de la cabeza, de la ropa y darle sus palmaditas. Y más que chícharo de peluquería, analógicamente a este huele moles del nivel bien se le podría comparar con el noble y leal can (por algo hace honor a su especie), que cuando llega su amo a casa se para de manitas, le ladra con cariño y se le acurruca en sus piernas. Y como decía un experto en educación; “Es una agresión a los educandos que en 15 años de evaluaciones los alumnos mexicanos no superen el último lugar en lectura. ¿Acaso no es una agresión que quienes dirigen la educación sean una personalidad nada más porque el amigo, la amiga se fijó en ellos, más que por preparación y formación académica son directivos y funcionarios por el clásico factor que es el amiguismo, mismo que le ha puesto en la madre a la educación en México? ¿Acaso no es una agresión a los futuros maestros que quienes pueden determinar el rumbo correcto de su formación docente estén más interesados en ponerse de rodillas en lugar de buscar a los mejores docentes para que se superen al integrarse a la vida profesional áulica, en lugar de andar haciendo el ridículo dizque enseñado una materia que los alumnos cuando ven la figura falaz de la supuesta docente nada más se burlan internamente? Sí, somos un país de enanos (mentales), porque le hacemos honor al proyecto de lectura impuesto en la gestión de Peña Nieto: “Leer para crecer”, y como Peña Nieto se quedó chaparro, porque nunca leyó, así estamos de enanos los que ordenamos a los alumnos que lean, pero nunca practicamos con el ejemplo.