“MERCENARIOS” DE “LA POLITICA” EN BUSCA EL “VOTO” CIUDADANO

Por Juan Miguel Benítez Meléndez 

TOLUCA DE LERDO, México. Todos los actores que participarán, en el gran carnaval electoral mexiquense: candidatas y candidatos, “partidos”, “gobiernos” estatal y los municipales; el IEEM, con la “legalizada” legislación actual que lo “ampara”, que opera, con una muy complicada “normatividad”, hasta para sus propios empleados y “manda”, todos los casos “inconsistentes”, al TEEM, — vayan ustedes a saber cuántos pleitos, terminarán en la SCJN, — convirtieron, la próxima justa electoral en una “caravana de promesas”, que se llamará: “campaña político-partidista”, con todos los “gastos pagados” a los personajes, por los contribuyentes mexiquenses… Esto es: 25 ciudadanos, más o menos, con la “casaca” de candidatos, — por cada partido; — disfrutarán de los “gastos” de campaña, en los 125 municipios mexiquenses, la música y el acompañamiento, también lo harán, merced a las “prerrogativas” que el IEEM, le concede a cada partido, — según la ley, — de recursos que le da el “gobierno”, de los impuestos pagados por los causantes mexiquenses… En el ámbito municipal, el horno político mexiquense no está para donas… Son muchos, los “redentores”, demasiados “chapulines” y repetidores; franco exceso de “actores” y una “colección”, — para la historia, — de desleales, traidores y tránsfugas que no vaciló en cambiar de camiseta, dejando muy sucia la anterior, con la codiciosa pretensión de seguir mantenidos por los causantes mexiquenses; no es, realmente la búsqueda de votos y de “apoyos” para “servir al pueblo”, ni la intención de trabajar conforme a la ley, para beneficio popular, por ninguno de los candidatos a alcaldes, síndicos o regidores; principalmente los repetidores, habida cuenta que si se cambiaron de partido fue porque en el que “militaban” ya estaban “ocupados” todas las posiciones… Una referencia: las bardas, no votan; los utilitarios, tampoco… En este contexto electoral, los mexiquenses, — aparte de pagar la fiesta, — tienen el grave compromiso de “decidir” el destino de su municipio, por medio de su voto.