Radiografía de un enfermo terminal, el ISSEMyM
Isaac Ocampo García
Foro organizado y llevado a cabo por los integrantes del Movimiento de Transformación Social (MTS). Evento realizado el pasado día 20 de agosto de 2019 en el Auditorio del Hospital para El Niño en la ciudad de Toluca, Estado de México.
En su oportunidad, la participación de Ignacio Salgado García, experto en seguridad social en el Estado de México.
Agradezco a los organizadores de haberme invitado a este Foro, del cual los felicito, porque creo que es la única instancia mediante la cual podemos construir un proyecto, una idea de cuando el Instituto de Seguridad Social del Estado de México, requiera o demande una nueva ley. ¡Porque el Instituto no necesita una nueva ley, necesita, que se cumpla la que está vigente!
En el estado de México, ha acreditado a lo largo de su historia una arraigada vocación por la justicia social de la que se han derivado normatividades e instituciones para la procuración de una vida digna de sus habitantes. De manera tal y de acuerdo con los historiadores, es aquí en donde surgen las primeras disposiciones legislativas formales y que marcan la pauta de la formalidad en materia de seguridad social en el país.
Con el correr del tiempo y en torno a los principios de justicia cristiana surgieron diversas instituciones como lo fueron las cofradías y las mutualidades. Las primeras eran organizaciones de feligreses en torno a un santo patrono no sólo para rendirle piadosa admiración, sino también imitar su proceder con respecto a su amor por el prójimo el cual encerraba un sentido de respeto y ayuda a los demás.
De tal manera que en nombre de ese santo patrono se emprendían acciones (de) asistencia y de socorro a los necesitados y por supuesto de ayuda entre los propios cofrades. Las segundas o sea las mutualidades fue la expresión más acabada más refinada de ese entonces del principio de la solidaridad social entre las personas dedicadas a oficios o actividades específicas.
La solidaridad pues entre los habitantes de entonces de lo que ahora es el estado de México, era un actitud enteramente natural por parecida ya sea por principios religiosos o bien por legítimos intereses de convivencia social.
En los albores del siglo XX cabe al estado de México el honor de ser la primera entidad de la república mexicana que emitió leyes en donde se sentaron las bases de lo que ahora es la moderna seguridad social del país. Fue el entonces gobernador don José Vicente Villada quien el 30 de abril de 1904 emitió las leyes del trabajo en las que se postulaban acciones en favor del bienestar material y cultural de los trabajadores, así como las medidas para afrontar contingencias posibles. El régimen de seguridad social vigente actualmente en el estado de México lo constituyen tres ordenamientos legislativos cuya concurrencia ampara principalmente a personas de escasos recursos. Tales ordenamientos son: la Ley de Asistencia Social, la Ley de Asistencia Privada y por supuesto, la Ley de Seguridad Social de los Servidores Públicos del Estado y Municipios.
Bien apunta el abogado y gran maestro universitario don Gerardo Sánchez y Sánchez en su libro titulado: “Panorama Legislativo del Estado de México, 1824-1993”, cuando señala que una constante de los gobernantes del estado de México ha sido estimular cada una de las condiciones o circunstancias necesarias para establecer en favor de los servidores públicos de sus familias y dependientes económicos, un régimen de mejoramiento económico, social y cultural. Para tal efecto fue creado el Instituto de Seguridad Social del Estado de México (y Municipios), ISSEMyM, en el cual siendo un organismo público descentralizado con personalidad jurídica y patrimonios propios y como antecedente en 1951 la Dirección de Pensiones Civiles del Estado.
Es necesario precisar como lo hace el autor en cita que a partir de 1917 el estado de México ha tenido diferentes normas jurídicas encaminadas a la perfección de los servidores públicos mediante la seguridad de su remuneración, asistencia en los casos de accidentes, enfermedades profesionales y no profesionales, indemnizaciones por riesgos de trabajo, por muerte, y un régimen solidario de jubilaciones y pensiones.
Haciendo un poco de historia, el Sistema de Seguridad Social de los Servidores Públicos del Estado y de sus Municipios, tiene sus antecedentes en la Ley de Pensiones que fue creada el 17 de abril de 1951 y publicada en Gaceta de Gobierno el 16 de junio del mismo año que menciono. Siendo entonces gobernador del estado, don Alfredo del Mazo Vélez.
Como ya se ha señalado la moderna seguridad social en favor de los servidores públicos ha evolucionado significativamente a partir de quien, en la XLIII legislatura local aprobara la iniciativa enviada por el entonces gobernador don Juan Fernández Albarrán el 15 de agosto de 1969, publicada en Gaceta el 23 del mismo mes entrando en vigor el primero de septiembre de ese mismo año. Dando paso, a la creación del ISSEMyM y a la extinción de la Dirección General de Pensiones del Estado de México.
En su historia, se introdujeron disposiciones novedosas; una de ellas fue la de extender los servicios en favor de los familiares y dependientes económicos de los trabajadores afiliados, y la otra el establecimiento para la venta de artículos electrodomésticos, las famosas tiendas del ISSEMyM, la creación de guarderías, estancias infantiles, centros vacacionales y extensión de la cultura, del deporte y del esparcimiento social. En lo que se podría denominar la época de la estabilidad, yo así la denomino, entre 1951 y 1999, el ISSEMyM tuvo sólo siete directores generales, lo que daba una tranquilidad, un saneamiento, una estabilidad en el manejo administrativo médico financiero de reservas, acatando siempre la ley o los acuerdos de los diferentes honorables consejos directivos que a lo largo de ese tiempo habían pasado por ese órgano colegiado.
Los directores que pasaron en esa época indudablemente dejaron historias que dejaron huella y un gran legado. Hay una segunda época en la seguridad social del ISSEMyM que yo la denomino la de la inestabilidad y de la crisis, por razones que se han venido presentando y que ha venido padeciendo la derechohabiencia, por su inestabilidad administrativa operativa financiera y entre otras, por los problemas de las jubilaciones y pensiones.
A partir del año 2000 y hasta el año que va en curso han transitado por la dirección general ¡catorce directores generales! ¡Esto habla de un manoseo!, ¡de un desaseo!, ¡de un desorden administrativo operacional deficiente! Es la misma línea de la actual administración gubernamental que preside Alfredo del Mazo Maza, pues en tan breve periodo que va a ajustar próximamente dos años ya lleva dos directores generales. Yo preguntaría quién se sube a un caballo y antes de empezar a trotar sobre él se desboca el caballo y lo tira, eso pasa en el ISSEMyM todos los días.
Tenemos una estructura administrativa entre el año 2000 y el 2019 que ha crecido el 500 por ciento presupuestalmente a nivel central. Esto es lo obeso de la Dirección General hacia abajo para poder operar deficientemente…
Antes del 2000 había una dirección general, tres direcciones de área, y actualmente hay una dirección general y 6 coordinaciones generales. Antes del 2000 el director general ganaba como director general, pero actualmente el gana como subsecretario de Estado y sus 6 coordinaciones cobran como directores generales, y así sucesivamente se desdobla la estructura hacia abajo una obesidad impresionante. Demandamos una reingeniería administrativa urgente para adelgazar ese aparato y el ahorro financiero que representaría; que ello se aplique a médicos especialistas, acabar con la subutilización de las unidades médicas recién construidas, que operan escasamente al 60 por ciento, ya que hay un 40 por ciento de subutilización de la unidad médica. Por ejemplo, está el Nicolás San Juan, que nos dimos el lujo el placer y el honor de prestársela a nuestra institución hermana, el ISSSTE, y perdón, ¿quién autorizó esto?
Vienen a mi memoria varias anécdotas que ilustran que la crisis en el Instituto se ha incrementado y va tocando fondo. A decir del profesor y periodista don Héctor Marín Rebollo, menciono un caso de una publicación de El Sol de Tolucadel año 2008, que refiere que el profesor Felipe Santiago Velasco Martínez, quien se jubiló en el 2005, acude a cobrar su pensión al Centro de Pensionados en medio de un gran tumulto de irritación, incredulidad y hasta de violencia, pues le informaron no le pueden pagar su quincena de maestro porque el ISSEMyM ya no tiene recursos.
Quiero comentar a ustedes que la crisis del ISSEMyM ha sido desde su origen. El ISSEMyM en el 51 nació deficiente y deficitario, es de origen porque las cuotas y aportaciones que aporta cada trabajador no están en relación con la cobertura de dependientes económicos a los que tiene derecho.
Los grandes desafíos que tiene el personal jubilado son los siguientes: el 39% está jubilado, el 51% presenta problemas de salud, el 17 % expresa soledad y abandono, el 51% tiene sentimientos negativos sobre la vejez, el 28% nunca se planteó metas y sueños para esta etapa de la vida, el 41% sigue trabajando por necesidad económica, el 28% depende económicamente de sus hijos, y el 41% no cuenta con suficientes recursos para mantenerse solo.
Los grandes retos del ISSEMyM son dónde están las reservas territoriales, abandonadas, puros “elefantes blancos”. De 17 edificios que construyeron, como las tiendas hoy son bodegas de deshechos de escritorios viejos, de sillas rotas, perdón, ¿qué no tiene visión, no tiene responsabilidad quien dirige los destinos del ISSEMyM y quien preside la gubernatura del estado como para decir vamos a venderlos e inyectar la venta de esas reservas territoriales al fondo de pensiones? ¿Dónde están las reservas técnicas, quiénes forman el comité de inversiones, cuándo les hemos fincado responsabilidades de acuerdo con la Ley de los servidores públicos?, ¿ese comité de inversiones está funcionando con responsabilidad, ética y transparencia? De 375 mil activos y 65 mil 452 jubilados al día de hoy, sólo 26% solamente se ve beneficiado con un crédito “pirograbario” de esos que te marcan con lumbre la piel como un crédito especial.
Hoy queremos una ley, pero no la necesita el Instituto; respetemos y hagamos cumplir la actual. En 2018 el ISSEMyM tuvo un subejercicio ¿sí?, de 1571 millones de pesos el Congreso del estado le autorizó 27 mil 476 millones de pesos, pero sólo se gastó 25 mil 904. Hay un fondo para que ustedes lo sepan, el fondo de apoyo a las reformas estructurales que opera desde el 2002. Este fondo es para las universidades públicas que tienen su sistema de seguridad social propio, no aplica para UAEM, que tiene el sistema del ISSEMyM. Sin embargo, entre 2012 y 2014 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público le bajó 22.6 millones de pesos en esos tres años cuando se da cuenta Hacienda que la UAEM no tiene el sistema de pensiones propio, sino que lo toma por el ISSEMyM y entonces suspendió ese pago. Yo me pregunto y le pregunto al dilecto auditorio ¿habrá devuelto la universidad los 2.6 millones de pesos? Los grandes retos que hay que afrontar antes de reformar la ley, lo que requiere el ISSEMyM, es la derogación de algunos artículos; fortalecer el régimen financiero; poner algunos candados, la ley dice cómo se sancione al que no pague las cuotas y aportaciones; la ley dice cómo son los intereses; la ley ya lo dice que te tardes 30 días en dictaminar la pensión, no dos años; que te tardes 15 días en pagarla, no nueve meses ¿sí? Eso lo dice la ley…
Entonces, yo no veo el porqué del desgaste innecesario, porque no saben, porque no conocen ¿Por qué no se ilustran? No lo sé. Pero no necesita una ley, vamos a hacer que se cumpla la actual y que se fijen responsabilidades a los grandes deudores. Los cinco principales dentro de muchos factores internos que afectan las finanzas del Instituto son:
Los servicios médicos ¿es insostenible el fondo para efecto de la población que atiende? y hoy pretendemos subirle el 3.5%, no sirve de nada.
Los medicamentos es un negocio que hay que acabar con él, es un negocio porque entre el fabricante y el consumidor final hay un crecimiento impresionante en el precio. Yo le diría que el Seguro Social mandaba hacer sus propios medicamentos y decían “propiedad del IMSS clave 721” y las sales, la fórmula, era lo mismo que el medicamento de marca. ¿Por qué no vamos ahí? porque pisamos callos, porque afectamos grandes negocios y grandes intereses mezquinos y eso sí requiere una reforma, no la ley. Vayan ustedes a los dispensadores de medicinas por vales y les dicen: “no hay, no la contraté”; segunda, los deudores, entre otros la universidad, 3 mil millones de pesos; los convenios de incorporación al ISSEMyM son al libre arbitrio, al granel. ¿Cómo es posible que el cuerpo de seguridad privada que es SA de CV, registrados ante el SAT, el CUSAEM parte de sus integrantes que están por el valle de Cuautitlán-Texcoco, los del valle Lerma-Toluca están afiliados al ISSEMyM? y tienen grandes adeudos, es una sociedad anónima de capital variable que contribuye al SAT como SA; deben estar registrados ante el IMSS, no ante el ISSEMyM.
Tercero, con dolor, tristeza y angustia, pero con realidad y como medida drástica debemos cerrar y acabar con las prestaciones potestativas; ya no dan para más las prestaciones potestativas de la seguridad social en México. Cubrieron un objetivo histórico, pero en la actualidad están rebasadas; han operado siempre y operan de manera deficitaria y un ejemplo rapidísimo son las guarderías que siempre hemos subsidiado; pero acabar con ello haría que se nos echara encima el sindicato de maestros, el SUTEYM.
Se nos vendrían los jubilados y pensionados si quitamos los hoteles, ya no cumplen su objetivo, se llenan en diciembre y en la Semana Santa y el demás tiempo son hoteles de paso y vacíos. Se los doy en renta a un turoperador que maneja cadenas de hoteles, me paga una renta, se va la renta a los fondos de pensiones y me reserva las vacaciones burocráticas, no para el público sólo para derechohabientes.
Finalmente, otra de las sangrías financieras, con esto termino y aprecio a los organizadores que me hayan dejado expresar, es que otra de las grandes sangrías financieras que le ha pegado al fondo de pensiones es la Unión de Jubilados y Pensionados, rebasada, obsoleta e inoperante, que ya no responde a la representación de nadie de los 64 mil jubilados, pero eso sí, sus 12 millones de pesos que le entrega el ISSEMyM. Ahí estamos por el botín, ahí estamos por la cereza del pastel, que por cierto don Alfredo del Mazo Maza ya se los bajó el año pasado a 11 millones.