Reflexiones y más…

Por: Isaac Ocampo García 

“Muy apurado se le ha visto a Mario Delgado, coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, buscando acuerdos y apretando tuercas para los requerimientos del presidente Andrés Manuel López Obrador”.(Excélsior, 2 de mayo de 2020).

Que de 257 diputados que conforman Morena, sólo unos cuantos como Mario Delgado, le echan ganas al asunto de la legislada en beneficio de los mexicanos.

Este gobierno de la 4 T, igual que los anteriores gobiernos. Es decir; sin identificarse con el proletariado mexicano.

Frente a este gobierno, llamado incluso de la esperanza, todo un conglomerado, el pueblo, en donde hallamos palabras y/o diálogos como los siguientes…

−Qué caso tiene –dicen algunos− que protestemos por esto o por aquello, si finalmente, los gobernantes por los que incluso votamos, no nos hacen el más mínimo caso. 

−Recorremos grandes o pequeñas distancias gritando consignas y más consignas, la mayoría de ellas ya muy trilladas, la mera verdad, o que no manifiestan  lo que en verdad estamos padeciendo. (Ejemplo: “el pueblo, unido, jamás será vencido…”. Vencido está)

 Y, así, por el desinterés y no comprensión de las autoridades para quienes van dirigidas no sólo las consignas, sino también las marchas, manifestaciones y plantones en cualquier parte del país, finalmente acaban con resultados nada prometedores, nada alentadores.

Con los organismos tanto de lucha social como de lucha política, que manifiestan, eso sí, con toda seriedad y decisión ir al encuentro contra la opresión para comenzar a concretar aunque hipotéticamente el inicio y realización de una revolución auténticamente proletaria, regularmente no le dan seguimiento a esas batallas. 

Finalmente todo queda en manifestaciones grandes y pequeñas, pero no permanentes, y que así como aparecen se diluyen; es decir, sin conseguir los objetivos y resultados que las motivaron a aparecer…

¿A qué se debe esto?

Algunos opinan, que a una falta real y efectiva  de conciencia de clase. Que su decisión para ir a la lucha de clases, a través de las manifestaciones, marchas, mítines y plantones, son (en su gran mayoría) sólo de palabra, pero no de una conciencia (repito) real y efectiva de clase. 

Esto último se puede comprobar por el no apego de los militantes jóvenes sobre todo, al estudio programado y comprometido de la ideología y la teoría, en este caso; socialista: o, marxista leninista, si se requiere ser más precisos…

Hace poco, discutíamos acerca del casi nulo conocimiento que los militantes sobre todo jóvenes tienen de los obreros, de la clase obrera en sí. Esto es, que “conocen” a la clase obrera sólo en el papel, sólo a través de los libros; no en persona, no en las luchas obreras y sindicales. Pareciera que ese tipo de asuntos, en los jóvenes militantes, sólo en la imaginación existen para ellos…

–Y, ni aún en los estudios a través de los libros, conocen bien a bien a la susodicha clase obrera. Lo más malo de esto, que los mismos jóvenes muy a propósito parecen no querer conocer (No sólo afuera y alrededor de los centros y zonas fabriles, sino dentro de las fábricas) a los obreros como tales.

Engels lo hizo, convivió con los obreros ingleses, y escribió: “La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra”.