Una carretera de Temoaya luce renovada; otra, plagada de peligrosos baches

 Texto y fotos: José Ángel Gutiérrez 

 **Aunque tiene un tramo en excelente forma, la vía Ceremonial Otomí presenta deterioro entre San Pedro y Tlaltenango, mientras que la Acueducto Lerma-Ixtlahuaca tiene baches entre el crucero y Otzolotepec

Temoaya, Méx.- Un trayecto por este municipio puede resultar en un día difícil y contrastante en dos carreteras principales, la Acueducto Lerma-Ixtlahuaca y Centro Ceremonial Otomí, donde los panoramas son distintos, uno con renovada faceta y otro con un riesgo por lo baches.

Punto Estado de México confirmó el estado de ambas vialidades ante cuestionamientos vecinales a la Junta Local de Caminos y Ayuntamiento de Temoaya, cuyo personal de obras y servicios públicos mantiene en el olvido la carretera, sobre todo la citada en primer orden.

Las principales deficiencias en el asfálto se miran en paraje San Antonio, en las inmediaciones de la escuela Himno Nacional, así como en los llamados columpios, parte lateral de los Ejidos de Mimbres, territorio caracterizado por su amplio tránsito.

En el tramo comprendido entre el inicio de la carretera Toluca-Temoaya, a la altura del “crucero”, hasta el arribo a los límites con Otzolotepec, los baches son un peligro para los automovilistas, ya que relatos vecinales indican que ahí predominan los accidentes.

Las constantes lluvias cubren los hoyos, haciéndolos prácticamente invisibles para quienes no están familiarizados con la zona, lo que ocasiona accidentes mayores y menores, en especial caídas a que derivan en daños a las suspensión automotriz.

Una situación contraria prevalece en el tramo de la vía Centro Ceremonial Otomí, desde la colonia y parque del mismo nombre hacia las secciones seis, cinco, cuatro y tres de la comunidad de San Pedro Arriba, hasta la desviación a la comunidad de Jiquipilco El Viejo.

Ante una carpeta asfáltica recién inaugurada por el Ayuntamiento y la Junta Local, ese trayecto carretero resulta placentero sobre el negro intenso de la carpeta, en cuyas orillas se expende pulque, bebidas y platillos a los visitantes.

El problema es mayor en la segunda y primera sección, donde la carpeta no es nueva. Empero baches y “acocodrilamientos” emergen entre la primera sección y Tlaltenango Abajo, a la altura del Conalep, donde urge garantizar seguridad a vecinos y conductores.