Una fascinante y bizarra combinación entre Slavoj Zizek, Irvine Welsh y Diamanda Galás

SILENCIOS ESTEREOFÓNICOS

Félix Morriña

Pienso en la mercantilización de nuestras experiencias, de esas que valen la pena contar bajo la influencia del filósofo, psicoanalista y crítico cultural esloveno Slavoj Zizek (1949), sobre todo cuando enfatiza “groso modo” en “Chocolate sin grasa” (2021): cada vez compramos menos productos materiales y adquirimos más experiencias en la vida. Los productos son de utilidad y son símbolos de estatus. Los debemos comprar para obtener la experiencia que nos brindan y consumirlos para hacer una vida placentera y significativa, ¡nada más!

Quedo atrapado en el pasillo literario que da a la terraza de la librería del Fondo de Cultura Económica (FCE) Isidro Fabela Alfaro, ubicada en el segundo piso del Teatro Quimera de Metepec. Me atrapa la tormenta y el intelecto de Zizek. A lado de “Chocolate sin grasa” está “Goza tu síntoma” (1992 y reeditado en 2004), en el que analiza conceptos del psicoanálisis a través de ejemplos del cine, su gran pasión, desde Chaplin hasta Matrix; pasando por personajes tan peculiares de la historia universal como Lenin, Hegel, Focault y Jesucristo. ¡Habrá que entrarles con la calma debida!

De pronto, algo llama poderosamente mi atención: una hilera de libros de la editorial española Anagrama que identifico por su sello y estilo, en la que estaban varios libros del escocés Irvine Welsh (1958), que de inmediato me hicieron olvidar todo lo que sucedía alrededor y mandarme a la brillante pedagógica y didáctica época de excesos de juventud extrema en los años 90 del siglo XX.

De hecho, sigo luciendo y conservando mi cuadro con el cartel original de la película “Trainspotting” (La vida en el abismo, 1996) de Danny Boyle, basada en la novela de Irvine Welsh del mismo nombre y que en México fue estrenada dentro de la XXIX Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional. Tengo la fortuna de tener también el guión de la película en libro, el cual adquirí en los tiempos en los que el Tianguis Cultural del Chopo era un parteaguas de la cultura rockera mexicana y allende sus fronteras.

“Acid House” (relatos, 1997), “Escoria” (novela, 2000) y “Crimen” (novela, 2010), son los ejemplares existentes, a buen precio, en este momento en esta sucursal del Fondo de Cultura Económica (FCE) de Metepec, cuyo afable personal me permitió apreciarlos en la terraza a lado de un cargado aromático café para ponerme a tono. No pude evitar relacionar, en este trance psico-psyco-siquiátrico, mirando el ocaso de mi “Pueblo Mágico” adoptivo, estas obras maestras literarias de la vida al límite de la cornisa, del fascinante mundo de tocar fondo y salir cual ave fénix para contar la historia que nos tocó, acompañado del discazo “The Sporting Life” (2014) de la cantante neoyorquina de origen griego, Diamanda Galás (1955), realizado con el excelso ex bajista de Led Zeppelin, John Paul Jones (1946).

Desde “Skotoseme”, una bizarra interpretación ad hoc para comenzar a leer la desquiciante y al mismo tiempo fascinante literatura del escocés Welsh, hasta “Hex”, son la música idónea para tener de fondo mientras te deslizas por las historias truculentas del sargento Bruce Robertson en “Escoria”; una colección de relatos de perturbadores personajes en “Acid House”, cuyo ejemplar está dividido en dos, la primera ya mencionada y una novela corta titulada “Un listillo”, sobre drogas duras con luchadores con guantes de terciopelo. Y en “Crimen”, la historia de un inspector de la policía de Edimburgo que termina en Estados Unidos para lidiar con yonquis y una Lolita que le complica la existencia.

Para este interlocutor, los mejores pasajes musicales “psyco” emocionales de “The Sporting Life” son las amorosamente dolidas, porque viniendo de la diva performancera, cantante, actriz y compositora, entre otros talentos, Diamanda Galás, es de ponerlas en un sitio muy especial dentro del blues, el jazz y el avangarde del mundo. Me refiero a las rolas “Dark End Of The Street” y “Tony”.

Todo el discazo “The Sporting Life”, como los libros mencionados por su #ServibaryAmigo #DandyperoPunk #ElCinicoMayor, son una delicia para todo aquél que haya experimentado vivir al máximo, perderlo todo sin miedo a nada, en lugar de adquirir y sumar objetos, productos y propiedades que siguen sometiendo al que las posee, como entenderías del filósofo Slavoj Zizek.

Recuerde: ¡nos buscamos, nos vemos, nos escuchamos, nos entendemos!

Una probadita de la diva Diamanda Galás:

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